Las noticias internacionales pierden protagonismo ante los anuncios políticos argentinos, sin embargo siempre es bueno ver como es el contexto mundial para no perder la referencia en el proceso de formación de los precios de los granos.

El mundo espera un aluvión de oferta de granos proveniente de la Argentina motivado por la eliminación de las retenciones y una mejora en el tipo de cambio, replicando lo sucedido a principios de año con la devaluación del real. Tratando de anticiparse a los hechos los fondos de inversión(especuladores) mantienen posiciones vendidas en Chicago esperando nuevas bajas. Es importante destacar que a estos valores los productores americanos no encuentran rentabilidad en el agro; y acá esta la segunda parte de la frase del título “Ni las raíces llegan al infierno”.

Entonces todos estamos esperando el mejor remedio para los precios bajos, que coincidentemente son “los precios bajos”, los productores del hemisferio norte no encuentran incentivos para sembrar sin rentabilidad, se reducen hectáreas o el paquete tecnológico disminuyendo en consecuencia la cantidad ofrecida salvo que los avances tecnológicos permitan reducir costos en la producción para devolver la rentabilidad, pero para esto necesitamos tiempos de estudio, desarrollo y pruebas, desde el punto de vista de la oferta no podemos esperar noticias alentadores en el corto plazo.

Los precios bajos también generan mayor demanda, aparecen nuevos usos y vamos a un nuevo punto de equilibrio que todavía desconocemos.

En el corto plazo el clima otorga augurios de una superproducción del hemisferio sur, incrementando la oferta y los stocks finales desalentando las subas de las cotizaciones de los granos.

Las subas internacionales de corto plazo tendrán que venir entonces de mejoras en la economía mundial, desde el lado de la demanda.

La situación local es diferente, el productor sembró con un dólar barato y espera poder comercializar a un precio mayor, acorde, que devuelva la rentabilidad del agro en el contexto mundial hasta tanto Argentina pase de ser el granero del mundo al supermercado del mundo de acuerdo a las declaraciones de Mauricio Macri, que le toca hoy desenredar una maraña normativa que ralentizó el desarrollo agropecuario en nuestro país. Un claro ejemplo es poner en marcha el mercado de futuros de dólar, una herramienta importante para los empresarios, no solo del agro, que en pos de facilitar las operaciones tomaron coberturas en el mercado para darle previsibilidad a la compra futuro de insumos o financiar en pesos y ahora se encuentran ante la incertidumbre de no conocer cuál puede ser el resultado económico de su empresa. Garantizar resultados positivos es la función básica de todos los Gerentes, ya que esto permite mantener la cantidad de puestos de trabajos.
               
Hoy el gobierno no solo cuenta con el apoyo del campo y la agroindustria, a pesar que dentro de sus insumos básicos están los cereales y oleaginosos que compraban a precios subsidiados, han mostrado señales de beneplácito ante los anuncios presidenciales. Sin dudas lo que todos los sectores de la economía quieren son reglas claras y estables para poder hacer inversiones en un marco de previsibilidad.

En este escenario la expectativa de una mejora en la cotización del Dólar que pueda devolver no solo la rentabilidad, también debe restablecer el superávit fiscal y la balanza de pagos, vemos precios de la soja en valores cercanos a los $ 3.000,00 que hacen presumir un tipo de cambio cercano a los $ 15,00 si tenemos en cuenta la capacidad teórica de pagos de la industria. El desafío del gobierno es controlar que no se produzca una escalada desmedida de precios en el plano local, donde también cuenta la responsabilidad del empresariado que solo traslade al precio de los productos lo que corresponde, ya que muchos insumos no siguen la suerte de la moneda norte americana.

En este proceso de cambios transitaremos por aciertos y errores, esperamos un balance positivos en esta ecuación porque lo que está en juego no es la rentabilidad de un sector, lo que se anhela es el bienestar de todo un país con retribuciones justas a cada uno de los factores con un marco normativo acorde que conduzca a los resultados esperados.
 
Por Juan Vasquetto