Un gimnasio promociona las clases. Aseguran que la práctica no está ligada a lo sensual o erótico, sino a la actividad deportiva. En otros países se generaron polémicas por esta disciplina
Como “único en Córdoba”, un gimnasio dedicado a la enseñanza depole dance , fitness y acrobacias promociona las clases de “baile del caño” para niñas desde los 9 años.
“Vení con una amiga”, dice en el sitio que Up Studio tiene en Facebook, en donde, además, publica fotos de las nenas elongando entre los caños.
La actividad se puede hacer los días viernes en el local ubicado en la Vía de la Fontana, en pleno Centro de la ciudad y está permitida para chicas desde los 9 años.
Las clases duran una hora y se dictan los viernes.
Según comentaron algunos padres, las niñas aprenden acrobacia aérea y hacen gimnasia también en el piso, sin contenido erótico ni coreografías “subidas de tono”. El fin es “deportivo”, dijeron.
Por mes, cuesta 125 pesos, pero si son dos nenas las que van, pagan 200 las dos.
Inquietud. La enseñanza de pole dance a niñas generó inquietud en algunos padres a los que les llegó la publicidad, dada la asociación de la actividad con los clubes nocturnos, el erotismo y la sensualidad.
No obstante, en la actualidad es considerada una gimnasia aeróbica y acrobática, que se hace con poca ropa –a las niñas les piden ir con musculosa y short– únicamente por la necesidad de agarrarse con la piel al caño. De hecho, la intención de la comunidad dedicada al pole dance en el mundo es que tal actividad adquiera la categoría de deporte olímpico.
“Todo el mundo piensa que es sensual y erótico, pero es una activad deportiva. Nada que ver con lo que piensa la gente”, dijo Andrea, la dueña del Up Studio. “Se lo asocia con lo que hizo Marcelo Tinelli, pero el año pasado fue presentado como deporte olímpico de exhibición”, dijo.
Andrea destacó que se trata de una actividad isométrica, aquella que realiza el músculo pero no se obtiene movimiento. El músculo está trabajando en todo momento, por lo que la intensidad del ejercicio es elevada. Pero eso no reviste importancia en las niñas porque los ejercicios se adaptan a ellas.
“Esta práctica ignora lo que está ocurriendo socioculturalmente. Hay una sobreerotización a la que están siendo expuestos los niños, desde los programas de TV, desde las conductas adultas, desde ciertos bailes que se muestran… no hay espacios ni tiempo de juego para los niños, y en las escuelas no hay respuestas adecuadas”, dice en cambio Ana María Alle, titular de la Asociación de Psiquiatría Infantil de Córdoba.
Alle cree que “no se está tomando conciencia del impacto de lo que significa esto”.
Algunos países en donde la enseñanza de la disciplina a niñas generó polémicas, como Canadá e Inglaterra, requerían la autorización de los padres por los cambios en el cuerpo que genera