Así lo determinó una encuesta realizada en colegios de la Ciudad y la Provincia. La presión social es un elemento clave que en muchos casos genera desórdenes alimenticios.
Es un hecho. La primavera está instalada. Los primeros calores se hacen sentir y con ellos la natural exhibición del cuerpo. Si hay una etapa de la vida en que la disconformidad con el cuerpo queda de manifiesto es la adolescencia, momento de cambios e importancia de la mirada ajena si los hay.
De ahí que una reciente encuesta realizada por la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba) entre mil jóvenes de colegios secundarios preocupe por su contundencia. Según el relevamiento realizado en 19 establecimientos de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, al 55,64 % de las adolescentes con patrón normal de alimentación les preocupa estar gordas.
La encuesta, además, arrojó otro dato para tener en cuenta: el 28,25% de los alumnos que participaron del mencionado estudio sufren desórdenes alimenticios.
Algunos de los resultados demostraron que en mujeres jóvenes con patrón normal de alimentación, el 55,64 sentía temor de ser gorda, mientras que al 51,43% la atemorizaba la posibilidad de subir de peso. A su vez, el 40,65% respondió que se sentiría mejor si fuese más delgada y el 33,44% aseguró verse gorda aunque su entorno afirma que está en peso o incluso por debajo de lo normal.
Al ítem "pienso en la comida, cuándo comeré y cómo lo comeré", el 55,08% respondió de manera afirmativa, lo que demuestra un detallado interés por el tema.
Contrario a lo que podría creerse, en jóvenes varones con patrón normal de alimentación, el 33,92% también dijo sentirse atemorizado por la idea de estar gordo, mientras que al 35,44% lo preocupa la posibilidad de subir de peso. Un 40,75% de los adolescentes consultados respondió que piensa en la comida, qué comerá y cuándo la comerá.
"Los resultados extraídos de los alumnos que tienen un patrón normal de alimentación no hacen más que corroborar el lugar que ocupa la figura y la alimentación en la vida de los adolescentes", analizó el licenciado Marcelo Bregua, psicólogo clínico y coordinador general de Aluba.
Tras asegurar que es sabido que "el humor y las conductas en esta etapa de la vida pueden estar modificados por la percepción de la imagen corporal y la opinión del otro", Bregua señaló que "si a esto entonces se le agrega la presión social, tanto de los pares como del mundo en general, el resultado que se obtiene es preocupante".Y concluyó: "Los datos obtenidos tienen que ser tomados como un punto de partida, para elaborar estrategias que ayuden a los adolescentes a no caer en esta problemática, y para que la legislación vigente, como la ley de talles, empiece a ser cumplida".