El Burrito tuvo su merecido homenaje en un Monumental repleto. Estuvo acompañado por grandes figuras
"Quiero agradecerles a todos. Muchas gracias y gracias a Dios por hacerme hincha de River".Ariel Ortega tiene el micrófono en sus manos y les habla a las 60.000 almas millonarias que coparon el Monumental para su despedida. Se le escapan las lágrimas al Burrito sobre el campo de juego, mientras abraza a sus tres hijos y los fuegos artificiales iluminan la noche de Núñez.
A los 39 años, Ortega se despide. En realidad, desde agosto del año último que es un ex jugador, pero esta es la tarde-noche que el jujeño se merecía por ser el último gran ídolo de River. Ramón Díaz, Américo Gallego, Enzo Francescoli, Javier Saviola, entre otros, dieron el presente en el Monumental, donde el gran ausente fue Daniel Passarella, presidente millonario y quien hizo debutar a Ariel en Primera.
En la cabecera local, que habitualmente ocupan Los Borrachos del Tablón, se desplegó una bandera con la imagen del jujeño y la leyenda: "Brillará siempre".
El partido fue una excusa para la gran fiesta, que también contó con la presencia de Andrés Calamaro, amigo del Burrito, y con el grupo musical La Mosca. Ortega jugó un tiempo con cada camiseta con distintos ex compañeros. El 8-2 final para los que vistieron la camiseta de River fue anecdótico. El jujeño también se dio el gusto de jugar con su hijo, Tomás, que hasta marcó un gol. Una jornada que Ortega guardará para siempre.