Si bien a los seis meses la mayoría de los niños comienzan a ingerir alimentos sólidos, la incorporación deberá ser gradual y existen varias cosas que están prohibidas hasta el año de edad.
Mantener una alimentación saludable es de gran importancia para el crecimiento de los niños. Por eso, pese a que a los seis meses (a veces un poco antes o un poco después) la mayoría de los bebés comienzan a comer sólidos, hay una serie de alimentos que habrá que introducir paulatinamente. ¡Y otros mejor evitar por largos años!
A saber:
Gaseosas
De acuerdo a la Asociación Dietética Estadounidense muchos niños empiezan a tomar bebidas azucaradas a los siete meses de edad, siendo que este tipo de bebidas ni siquiera son recomendables para los adultos.
Además, la cafeína puede alterar el sueño de los más pequeños, provocar irritabilidad e inducir a la obesidad. Una lata de refresco de cola puede contener hasta 95 miligramos de cafeína, por lo que nunca debe ofrecerse a un niño.
Sal
a Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no sobrepasar los 4 gramos de sal diarios (1,6 gramos de sodio) si el niño tiene entre siete y 10 años. Si es menor de 7 años, las cantidades se reducen a 3 gramos de sal (1,2 gramos de sodio). Y antes del año, la recomendación de los especialistas es nada de sal en las comidas.
Galletas saladas
Este tipo de snacks harán que el pequeño se llene rápidamente quitándole el apetito para otras comidas. Además los bebés desarrollan más rápidamente el gusto por alimentos dulces y salados, por lo que se deberán evitar hasta tanto haya incorporado y aceptado carnes y verduras.
Alimentos procesados
A pesar de que las publicidades venden esas comidas como saludables, es completamente falso. Estos alimentos pasan por demasiados procesos de preparación generando que pierdan sus nutrientes y ganen condimentos poco sanos.
Miel
Nunca se debe dar miel a un menor de 12 meses. Esto es así porque la miel puede contener esporas de clostridium botulinum, una bacteria que provoca botulismo. Como su intestino es aún inmaduro, el bebé no puede combatir esta bacteria, de la forma que se hace cuando ya es un poco mayor. Por tanto, no hay que dar miel a un niño de menos de un año.