Pew Reaserch relevó las características de los inmigrantes que radican en los Estados Unidos. Argentina, a la cabeza en estudios y títulos de propiedad.
A pesar de formar parte del grupo hispano más pequeño, los argentinos parecen ser los de mayores ingresos entre los inmigrantes residentes en los Estados Unidos, de acuerdo con un estudio del Centro hispano de Investigaciones Pew.
En relación con el ingreso promedio por hogar de la comunidad hispana en US$ 39.000, los ciudadanos argentinos reciben unos US$ 55.000 anuales, seguidos de cerca por los españoles, con US$ 53.000, y por peruanos y venezolanos, ambos con ingresos anuales de US$ 50.000.
Por otro lado, el mismo estudio establece que los ciudadanos inmigrantes en los Estados Unidos con menos ingresos son los provenientes de Honduras (US$ 31.000) y deRepública Dominicana (US$ 32.200).
Las 242.000 personas que conforman la población argentina en EEUU se caracterizan, según Pew, por ser una mayoría de propietarios (53 %), a la vez que son el grupo hispano con mayor cantidad de títulos académicos de grado (un 40 % ha alcanzado al menos un Bachelor’s Degree). Por último, un 74% posee un manejo avanzado delidioma inglés.
En el otro extremo, la población hondureña -aunque casi triplica a la argentina- tiene características socioeconómicas muy diferentes. Solo un 23% es propietario de una vivienda, al tiempo que únicamente un 8 % posee un título de grado. Los que dominan el idioma inglés no llegan a la mitad de la población que allí reside.
El Senado estadounidense aprobó en el mes de junio una reforma migratoria impulsada por el gobierno de Barack Obama, con el objetivo de regularizar -no sin dificultades- a los millones de inmigrantes indocumentados que viven actualmente en el país.
Más de veinte grupos de habla hispana conforman la populosa comunidad de casi 52 millones de personas, sobre una población total de 311.592.000. Aunque aún hay dudas sobre si la reforma será aprobada por la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, semejante cantidad de votantes no pasa inadvertida para ningún político estadounidense.