En la más contundente crítica hecha hasta el momento por la prensa brasileña al gobierno, el diario Folha de S. Paulo publicó ayer en su tapa un durísimo editorial en el que advierte que la administración de Dilma Rousseff está en grave riesgo de no sobrevivir la crisis político-económica en la que se halla empantanada desde que en enero comenzó su segundo mandato.

"Frente a una gravísima crisis político-económica que ayudó a crear y a la que ha respondido de forma errática y descoordinada, viviendo la corrosión vertiginosa de su apoyo popular y legislativo, a lo que se suma el desmantelamiento ético del Partido de los Trabajadores (PT) y de los partidos que le prestan apoyo, la administración de Dilma Rousseff pende de un hilo", afirmó el diario, uno de los tres principales del país.

Hasta hace apenas unas semanas, aunque muy crítica, la prensa brasileña se expresaba dudosa ante los pedidos de una salida temprana de Dilma del poder, como vienen clamando varios grupos ciudadanos que han organizado masivas marchas en todo el país a favor de un impeachment en el Congreso, o la oposición política, que impulsa investigaciones sobre la contabilidad del gobierno y el financiamiento de la última campaña electoral de la presidenta, bajo sospechas de que recibió dinero desviado del escándalo de corrupción en Petrobras.

Sin embargo, luego de que la semana pasada la agencia calificadora de riesgo Standard & Poor's rebajó la nota de Brasil y le quitó su codiciado grado de inversión, las posturas de los medios de comunicación se han endurecido, así como ha sucedido con las opiniones de los grandes grupos empresariales.

En su editorial, Folha señala que tanto la presidenta como el Congreso, con el que está en constante tensión, deben asumir sus responsabilidades para evitar que el país sucumba.

Y para el diario, la única manera de evitar el colapso económico es realizar "cortes radicales, sin precedente", no sólo en los gastos superfluos de los ministerios, sino también en el sistema jubilatorio, en los programas sociales que el PT viene implementando desde que llegó al poder en 2003, y también en las áreas de salud y educación.

"Se necesita tomar medidas extremas. Se impone que la presidenta las lleve cuanto antes al Congreso y que éste abandone la provocación y el chantaje en pos de la estabilidad económica y social", destacó el texto en la portada.

Para Folha, estas decisiones no serán suficientes para tapar el déficit de casi 8500 millones de dólares que tiene el presupuesto para el próximo año presentado por el gobierno, pero al menos enviarán una señal a las otras dos grandes agencias calificadoras de riesgo (Moody's y Fitch) de que el gobierno está dispuesto a hacer los sacrificios necesarios para retomar las inversiones y recuperar la economía. Según el diario, a Brasil no le queda mucho tiempo.

"A la presidenta Dilma Rousseff tampoco: no le restará, en caso de que se doble bajo el peso de la crisis, sino abandonar sus responsabilidades presidenciales y, eventualmente, el cargo que ocupa", subrayó.. (La Nación)