La adopción masiva de la agricultura de precisión entre los farmers será un factor decisivo para incrementar la eficiencia y la productividad.
El agro estadounidense triplicó su producción y multiplicó por tres la productividad de todos los factores (PTF) entre 1948 y 2015. La razón fundamental de este logro extraordinario fue la multiplicación por 5 del nivel de inversión en investigación y desarrollo científico y tecnológico (I&D), cuya tasa de retorno es 20 a 1.
El resultado ha sido que la productividad agrícola norteamericana superó en este período el crecimiento de la demanda global, lo que aumentó su nivel de ganancias, al tiempo que disminuía el precio de sus productos. Esta tendencia se manifestó a lo largo de 65 años en el aumento constante del valor de sus activos (ante todo la tierra), que es el mayor desde que se llevan registros (1960).
El cálculo del Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) es que los farmers han aumentado el valor de sus activos en U$S 642.000 millones entre 2011 y 2014. Las exportaciones agrícolas de EE.UU. alcanzarían este año a U$S 141.500 millones, el segundo nivel más alto de su historia, a pesar de una caída de 30% en el precio de sus productos como consecuencia de dos supercosechas sucesivas.
Aun así, el volumen de las exportaciones sigue aumentando (más 15% en 2015), debido al aumento de la demanda mundial, con eje en China. Se mantiene así el ciclo expansivo de las ventas externas estadounidenses, que han aumentado más de 125% en los últimos 10 años. Las ventas de soja alcanzarían este año (70% a China) a 48 millones de toneladas, récord histórico.
USDA estima que los próximos 2 años serían “brillantes” para el agro de EE.UU., no debido primordialmente a un aumento de la demanda o a una mejora de los precios, sino porque el sector se encuentra en las vísperas de una nueva revolución tecnológica, surgida de la incorporación masiva de la producción a la “nube” o “cloud computing”, que asegura el arribo en gran escala de la agricultura de precisión, dotada de un nivel de intensidad (productividad) hasta ahora nunca alcanzado.
Por eso, frente a la necesidad de duplicar la producción de agroalimentos en los próximos 35 años, como consecuencia del alza en 2.000 millones de la población del planeta, esta vez no sería necesario incrementar la superficie sembrada. Esta es una diferencia fundamental respecto a lo ocurrido en los 35 años previos, cuando la población mundial se expandió en 2.000 millones de habitantes, pero en que fue necesario aumentar la superficie labrada en 30,35 millones de hectáreas.
Lo previsible ahora, ante la nueva revolución tecnológica de la agricultura de precisión, es que incluso partes significativas de la actual superficie sembrada puedan ser reconvertidas en bosques o parques públicos, quizás 20%/30% del total.
La punta de lanza de la innovación agrícola no reside ahora en productos determinados por tecnológicamente avanzados que sean, sino en la calidad (productividad) de los sistemas productivos integrados, que permiten aumentar los rendimientos y bajar los costos con una intensidad superior.
Es la misma innovación -en la teoría y en la práctica- la que se está modificando. Ahora no se trata de ser más grande, más pesado y más veloz, ante todo en la maquinaria agrícola, sino de ofrecer un uso más fácil, más “inteligente”, y sobre todo más preciso.