Tras 34 grados de calor en Guayaquil, el Papa Francisco dio su primera gran misa de su paso por Latinoamérica, y visito el santuario de la Divina Misericordia, hubo 800.000 fieles.
Al Papa no le importó el calor y tras un vuelo de 50 minutos, llego ayer a la ciudad de Guayaquil, Ecuador para dar su primera misa en la gira latinoamericana. Allí lo esperaban miles de fieles de todas partes del continente.
En su misa el Papa pidió por la familia, y pidió a las instituciones políticas que trabajen para ellas. "La familia constituye la gran riqueza social que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada, para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a los ciudadanos".
En el Santuario Mariano el segundo más grande e importante de Ecuador, el Papa le rezó a la virgen y se despidió de los fieles que allí estaban. "Ahora, les voy a dar la bendición. No les voy a cobrar nada, pero les voy a pedir que recen por mí". Se despidió Francisco.
Luego de la misa, el Papa se reunió en el Palacio Carondelet en Quito con el presidente de Ecuador Rafael Correa. Allí, el Papa pese a su buena relación, insistió y le pidió por más diálogo.