Pocas horas después de tomar en sus manos el control del Ejército, el general de división Ricardo Luis Cundom comenzó a desprenderse de la herencia de su antecesor, el teniente general César Milani.
Según pudo saber LA NACION, Cundom comenzó una depuración en la Dirección General de Inteligencia, un área estratégica durante la gestión anterior, y dispuso pasar a retiro a tres altos oficiales de la máxima confianza del anterior jefe militar: los generales de división Claudio Sergio Montero, Emilio Jorge Luis Rodríguez y Carlos Alfredo Solé.
Decidido a mostrar cambios, el nuevo jefe militar relevó en Inteligencia al general de brigada Francisco Javier Pérez Berbain, que hace un año y medio había sido elegido por Milani como su sucesor en el área, que tiene un presupuesto cercano a los $ 600 millones. Ahora sería enviado a una brigada del interior. "La intención es que los hombres más identificados con Milani pasen a retiro o sean enviados a unidades lejos de Buenos Aires", explicó una fuente castrense.
Según la nueva cadena de mandos que el jefe militar propuso al ministro de Defensa, Agustín Rossi, el área de Inteligencia será confiada al general de brigada José Eduardo Arce, formado en el arma de Ingenieros y considerado por fuentes castrenses como un profesional alejado de posiciones ideológicas. Era hasta ahora secretario general de la fuerza.
El recambio termina allí. Cundom propuso también el pase a retiro de todos los coroneles mayores que se desempeñan en el área de Inteligencia. Es una maniobra destinada a desprenderse, entre otros, del coronel Marcelo Oscar Granitto, a quien Milani le concedió recientemente un ascenso honorífico. El reconocimiento a Granitto había sido interpretado como un desafío al ministro Rossi, quien había rechazado en diciembre una propuesta para concederle el grado de general.
En la estratégica área que Milani dirigió con mano férrea y suculentos recursos durante ocho años, Cundom propuso como director de Inteligencia Funcional al coronel Víctor Hugo Pérez, que estaba en la Central de Inteligencia Militar. Allí se haría cargo por ahora el segundo jefe, coronel Carlos Antonio Bonalli.
De los ocho generales de división que componen la plaza mayor del Ejército, el nuevo jefe de la fuerza propuso pasar a retiro a Montero, Rodríguez (ambos del arma de Ingenieros, como Milani) y Solé (Artillería). Montero era inspector general de la fuerza, función que provisoriamente asumirá su segundo, el general de brigada Ángel Ramón Delbón. Rodríguez era comandante de la II División de Ejército, con asiento en Córdoba. En su reemplazo asumirá el general de división Sergio Marco Piaggi, que acompañaba a Cundom como jefe de planeamiento estratégico en el Estado Mayor Conjunto. Solé, en tanto, dejará la Dirección General de Material en manos del general Claudio Amieva Correa.
Cundom propuso, también, un recambio en el área que maneja las finanzas del Ejército. Así, el general Raúl Pedro Ravetti dejará la Contaduría de la fuerza en manos del general Hugo Eduardo José Gargano, veterano de Malvinas.
Si bien las designaciones deben ser aprobadas por el Poder Ejecutivo, el nuevo jefe del Ejército resolvió mantener al subjefe de la fuerza, el general de división Gustavo Jorge Luis Motta, que había sido designado por Milani.
En otro cargo clave, el general Juan Gustavo Raimondo será designado comandante de Adiestramiento y Alistamiento del Ejército, que tiene a su cargo todo lo relacionado con el movimiento de tropas. Reemplazará al general Hugo Alejandro Bossert, que pasó a cumplir la misma tarea en el Estado Mayor Conjunto.. (La Nación)