Lo afirma un trabajo de técnicos del INTA y el Conicet. Dicen que puede darse con la tecnología que hay, pero con un manejo de mayor precisión.
Ante un contexto complejo en el cual suben los costos productivos y los precios de los granos están en baja, los productores buscan ser cada más eficientes en cada campaña y esto debería generar, fundamentalmente, subir los rindes de los cultivos.
En este sentido, según los resultados de un proyecto de investigación en el que vienen trabajando el INTA y el CONICET, junto a investigadores de las Universidades de Buenos Aires y de San Luis, la de Nebraska (Estados Unidos) y la de Wageningen (Países Bajos) los cultivos de maíz y trigo podrían rendir hasta un 40% y la soja, un 32% más de lo que alcanzan, en secano, en la actualidad.
Según destacó a Clarín Rural Juan Pablo Monzón, el referente de la Argentina de este proyecto e investigador del CONICET, se pueden alcanzar estos resultados haciendo mejor las cosas con la tecnología que ya está disponible.
Así, en la Argentina, el rendimiento potencial en secano que se puede obtener para la serie de 30 años analizada es de 3.900 kilos por hectárea para la soja, 5.200 para el trigo y 11.600 para el maíz, mientras que el rendimiento promedio obtenido por los productores es de 2.600, 3.000 y 6.800 kilos por hectárea respectivamente a nivel nacional en promedio de los últimos años, segun datos oficiales.
Así, las diferencias resultan de 1.300 kilos por hectárea para la soja, 2.200 para el trigo y 4.800 para el maíz. “Son modelos de simulación avalados con ensayos de cada zona en la que hicimos el trabajo”, describió Monzón.
Sin embargo, hay que diferenciar esta brecha producticva según las regiones. Mientras que en la zona núcleo hay un menor porcentaje de exploración para alcanzar los techos productivos de los tres cultivos, en zonas de la periferia los porcentajes son muchos más altos, alcanzando el 70%.
En detalle, según la investigación, el mayor rendimiento potencial de soja en secano se observó en Tucumán y en la zona núcleo (norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba) con cifras promedio de entre 4.000 y 5.200 kilos por hectárea. Los menores valores se registraron en el sur de Buenos Aires, debido a una combinación de estrés hídrico y la presencia de tosca.
Con respecto al trigo, los mayores rendimientos potenciales se encontraron en la región sudeste de Buenos Aires, con hasta 7.200 kilos por hectárea promedio y decreciendo fuertemente en dirección noroeste, debido principalmente a un aumento en la frecuencia de estrés hídrico y en la temperatura media.
Por su parte, el maíz presentó menor variación de rendimiento potencial en secano entre zonas, de 10.000 a 13.200 kilos por hectárea promedio, con excepción del sudoeste de Buenos Aires, donde apenas llegó a los 8.100 kilos por hectárea.
Por todo esto Monzón ratificó que si se lograse el rendimiento potencial, el país podría aumentar su producción de soja en 7,4 millones de toneladas, de trigo en 5,2 millones de toneladas y de maíz en 9,2 millones de toneladas, sin expandir el área cultivada. Esto significa unas 22 millones de tonelada extra de granos, lo cual tendría un alto impacto en la economía nacional.
“El trabajo es relevante tanto a escala local como nacional, ya que al utilizar esta metodología se pueden hacer estimaciones, encontrando mucha variabilidad entre regiones. Además, ayuda a detectar zonas donde los rendimientos actuales están muy por debajo de su potencial”, destacó.
Por su parte, para lograr estos rindes posibles en cada cultivo, subrayó que la utilización de las buenas prácticas agrícolas y la incorporación de tecnología son fundamentales.
Fernando Aramburu Merlos, otro de los participantes del trabajo, del Inta Balcarce, dijo que “no es sólo cuestión de usar mayores dosis de insumos, sino que es necesario utilizar tecnología de procesos que estén fuertemente sustentadas en el conocimiento agronómico, entendiendo cada sistema de producción con toda su complejidad”.
Y agregó que “nosotros creemos, y tenemos evidencia que lo sustenta, que es posible realizar una intensificación sustentable de la producción agrícola en el país”.
En este contexto, Aramburu Merlos subrayó que esta brecha de rinde entre los actuales y los potenciales se puede reducir a 0%. “Pero sería utópico y poco sustentable económica y ambientalmente pensar que todos los productores puedan alcanzar el rinde potencial de todos sus cultivos”, reconoció. Así, está claro, con tecnología y usando las buenas prácticas agrícolas, se puede ser sustentable y aumentar los rendimientos. (Clarín)