En la semana previa se puso de manifiesto la capacidad operativa con que cuentan los “farmers” y cubrieron en solo siete días más del treinta por ciento de la superficie a implantar con maíz, superando el lunes el 55 % de las intenciones de siembra. Ni las sequías puntuales, o excesos hídricos, demasiado frío o heladas tempranas del vasto territorio americano lograron amedrentar al productor para que deje de sembrar.

El exceso potencial de oferta y las disminuciones en la demanda por gripe aviar, si bien no son abundantes a pesar de la magnitud de la epidemia, son los factores fundamentales que se apoderaron del mercado haciendo que los valores de maíz sean los más bajos de los últimos meses.

Sin embargo no aparecen noticias en los medios locales de las sequias puntuales de algunos estados Americanos, que día a día ocupan mayor superficie, y pasando de sequias anormal a sequia severa en el oeste del “corn belt”. Quizás todavía es prematuro hablar de eso, pero es un factor a tener en cuenta, considerando que los americanos ya se preparan para combatir incendios forestales de gran magnitud en el próximo verano.

El mercado descuenta que existirá una abultada oferta, pero el comportamiento de los productores americanos es similar al de todas las latitudes y elegirán este verano retener mas ganado si los precios del cereal siguen tan bajos.

En el caso de la soja la rápida implantación del maíz disminuye las posibilidades de cambios de destinos de las superficies de maíz por soja, por lo que la oleaginosa comenzó a forjar un piso, al menos por el momento.

EL productor local está “aguantando” todo lo que puede sin poner precio a su mercadería tratando de obtener mejores valores que tengan origen en mejoras en los precios internacionales o en el tipo de cambio.

La mejora de los deprimidos precios internacionales puede provenir de China cuando disminuya la tasa del IVA, proyectada para el mes de octubre.

Sin embargo la mayor preocupación del productor local en esta época del año es saber si es factible sembrar trigo, ya que las abundantes lluvias le otorgaron un perfil adecuado al suelo o para absorber los excesos en terrenos bajos, y el problema radica en que los números son muy ajustados y no obtienen rentabilidad con los rindes promedios. Esta es la razón por la que se estima que se reducirá el área a sembrar por este producto que cuenta con una muy buena reserva mundial pese a que las calidades del trigo en Estados Unidos no es la adecuada.
En consecuencia, no han cambiado las condiciones para el hombre de campo que el año pasado sembró para conservar su capital de trabajo,  en muchos casos pese a los elevados rindes apenas pudieron lograr sus objetivos, y que hoy está obligado a pensar cómo hacer para seguir produciendo hasta que las cosas mejoren un poco.

Por Juan Vasquetto