Durante su catequesis de los miércoles, criticó la disparidad salarial y negó que la crisis de la familia sea consecuencia de la emancipación femenina.
Francisco volvió ayer a salir en defensa de las mujeres. En la audiencia general no sólo sentenció que es un "escándalo" que los hombres ganen más que ellas cuando hacen el mismo trabajo, sino que negó tajantemente que la crisis de las familias tenga algo que ver con la emancipación femenina y arremetió contra el machismo.
"Ese argumento [la emancipación de las mujeres] no es válido, es una falsedad, ¡no es cierto! Eso es una forma de machismo, que siempre quiere dominar a la mujer. Hacemos el mismo papelón que hizo Adán cuando Dios le dijo: «Pero ¿por qué comiste el fruto?», y él: «Ella me lo dio». Y la culpa es de la mujer. ¡Pobre mujer! ¡Tenemos que defender a las mujeres!", dijo, saliéndose del texto que tenía preparado para la catequesis, provocando aplausos entre las 20.000 personas presentes en la Plaza San Pedro.
Condenó, además, la desigualdad de salario entre hombres y mujeres que tienen el mismo empleo. "Como cristianos debemos sostener con decisión el derecho a igual retribución por igual trabajo de hombres y mujeres. ¿Por qué se da por descontado que las mujeres tienen que ganar menos que los hombres? ¡No!", dijo Francisco. "¡La disparidad es un escándalo!", clamó.
El Papa habló así en una catequesis que giró en torno al diseño originario de Dios sobre la pareja hombre-mujer y sobre las dificultades implícitas en el matrimonio y en las familias. Luego de asegurar que "la obra maestra de la sociedad es la familia, la mujer y el hombre que se aman", el ex arzobispo de Buenos Aires admitió que son muchas las dificultades. Reconoció que "cada vez hay menos matrimonios", que los jóvenes no se casan por miedo al fracaso y a la cultura de lo provisorio, y que aumentan las separaciones. En este marco, subrayó que las "víctimas de las separaciones, los que más sufren, son los hijos".
Llamó luego a una mayor reflexión sobre la disminución de matrimonios. "Es una de las preocupaciones que surgen hoy: ¿por qué los jóvenes no se casan, por qué muchas veces prefieren una convivencia y «responsabilidad limitada»? Porque muchos tienen poca confianza en el matrimonio y en la familia? Es importante tratar de entender, si queremos que los jóvenes puedan encontrar el camino justo", dijo.
Aunque subrayó luego que, en realidad, casi todos los hombres y mujeres quieren una seguridad afectiva estable, un matrimonio sólido y una familia feliz. "La familia está en la cima de todos los índices de agrado entre los jóvenes", aseguró, al destacar que quizás es el "miedo al fracaso el obstáculo más grande para recibir la palabra de Cristo, que promete su gracia a la unión conyugal de la familia".
El Papa recordó luego que el testimonio más persuasivo de la bendición del matrimonio cristiano es la "vida buena de los esposos cristianos y de la familia". "La semilla cristiana de la igualdad radical entre los cónyuges debe llevar nuevos frutos. El testimonio de la dignidad social del matrimonio será persuasivo justamente por esta vía, la vía del testimonio que atrae, la vía de la reciprocidad entre ellos, de la complementariedad entre ellos", dijo.
Luego de llamar a sostener el derecho a una igual retribución para un igual trabajo y sentenciar que la disparidad es un "escándalo", el Papa invitó a reconocer la riqueza siempre válida de la maternidad de las mujeres y la paternidad de los hombres "en beneficio de los chicos". "Igualmente, la virtud de la hospitalidad de las familias cristianas es hoy de una importancia crucial, especialmente en situaciones de pobreza, de degrado, de violencia familiar", indicó.
No es la primera vez que el Papa se pone del lado de las mujeres, a quienes elogió en diversas oportunidades. No sólo dijo que es necesario profundizar la "teología de la mujer", sino que es necesario un mayor espacio para ellas, incluso adentro de la Iglesia Católica, que hasta ahora las excluyó de cargos de poder.
"Un mundo en el que las mujeres son marginadas es un mundo estéril", dijo, por ejemplo, al saludarlas en su día internacional, el 8 de marzo pasado. Destacó entonces que ellas "no sólo dan la vida, sino que nos transmiten la capacidad de ver más allá, ven más allá de ellas, y nos transmiten la capacidad de entender el mundo con ojos distintos, de sentir las cosas con corazón más creativo, más paciente, más tierno".