Cuando Manon y Matilde nacieron en 1994, en una clínica francesa de Cannes, sus dos familias estaban encantadas. Nunca imaginaron queuna intempestiva ictericia iba a cambiarles la vida, cuando la enfermera las puso en la misma cuna y una puericultora iba a confundirlas e intercambiarlas. Manon fue a parar a la cama de la mamá de Matilde y viceversa.
Las bebés fueron intercambiadas. Pero se enteraron diez años después, cuando Marion, mestiza, fue comenzada a llamar "la hija del cartero" en su pueblito del sur de Francia. Su padre pidió un test de ADN. Así comenzó este proceso, tan doloroso como traumático, para unos y otros.
Esta historia de película intentó cerrarse hoy, cuando el tribunal de gran instancia de Grasse condenó a la Clínica Internacional de Cannes, ya cerrada, y a la Sociedad Hospitalaria de Seguros mutuales (SHAM) apagar 1.880.000 euros a ambas familias como "reparación a los prejuicios consecutivos". Las familias exigían 12 millones de euros de compensación.
La clínica y la sociedad deberán pagar 400.000 euros por cada chica intercambiada, 300.000 euros a los padres y 60.000 euros por cada hermano y hermana, que son tres. No prosperó la demanda familiar contra los médicos.
"Fue un dolor desmesurado" que afecta a estas familias durante 20 años, dijo el tribunal, con divorcios, traumas y la decisión de no verse ni intercambiar sus hijos por los reales. Las chicas decidieron que su familia era la del corazón y no la de los cromosomas, después de haberse conocido y luego, separado.
Era el año 1994 cuando Sophia Serrano (18) dio luz a Manon en una clínica de Cannes. En una cama cercana, otra mamá recibía a Matilde. Después de unos días, ambas desarrollaron ictericia. Una puericultora decidió ponerlas en la misma cuna, bajo una misma lámpara , para combatir la enfermedad con la luz que se usaba entonces.
Allí se inicio el drama. Una enfermera se equivocó y entregó a Manon a la mamá de Matilde y Matilde a la mamá de Manon. La primera reacción de Sophia fue que su hija había cambiado, que tenía el pelo mas largo, la piel mas oscura. Las enfermeras le explicaron que era el efecto de la luz que cura la icteria. Se retiraron del hospital pero Manon empezó a crecer. Los labios, pulposos, el pelo, mota.El marido de Sophie exige luego de 10 años un test de ADN. Lo consigue. Manon no tiene el menor vínculo con la familia ni con sus otros tres hermanos. El matrimonio de Sophie entra en crisis.
"Yo tenía la impresión de haberlo perdido todo. Tenía miedo de que me sacaran la niña y tenía miedo por el bebé que traje al mundo", contó Sophie. La pareja inicia un proceso judicial. La justicia descubre que Manon es en realidad Matilde. El caso se cierra porque deciden que el intercambio ha sido involuntario.
En el 2010 , Sophie inicio un proceso civil contra la clínica. Si bien fue siempre "impensable" para las dos familias hacer un intercambio de hijos, se conocieron. Viven aún en los Alpes Marítimos, a unos 30 kilómetros de diferencia uno del otro. Se vieron, hablaron, establecieron un vínculo. Matilde y Manon se conocieron pero finalmente la familia de Matilde decidió que no quiere continuar con esos encuentros. Son demasiados dolorosos y perturbadores.
La clínica rechazo pagar. El abogado Claude Chas insiste que "es responsabilidad de las madres alertar al establecimiento" si tienen dudas y sospecha de un amante de Sophie. "Escandaloso", argumenta el abogado de Sophie.
El caso llegó al tribunal de gran instancia, que se ha pronunciado hoy. En Francia los bebitos tienen todos un brazalete de identificación en su brazo para limitar el riesgo de que esa tragedia se repita.