La insólita situación es consecuencia de la decisión del Gobierno de no emitir papeles de mayor denominación; de esa forma busca no admitir el impacto de la inflación.
La obstinada decisión del Gobierno de no emitir billetes de mayor denominación, en un vano intento de tratar de disimular el reflejo que tiene la elevada inflación (ante la evidente pérdida de poder adquisitivo del papel moneda), alcanzó niveles insospechados.
Según cifras que divulgó ayer el Banco Central (BCRA), por estos días ya dos de cada tres billetes en circulación son de $ 100, es decir, el mayor monto posible entre las emisiones vigentes en circulación.
Las otras cinco denominaciones que aún conviven en la calle (los billetes de 2, 5, 10, 20 y 50 pesos) se reparten el tercio restante, lo que ayuda a entender por qué algunos de esos billetes son tan difíciles de hallar o, virtualmente, han desaparecido de los cajeros automáticos.
Los economistas dudan de que exista en otras economías una oferta monetaria tan desbalanceada. "Es una situación insólita que deriva de una obstinación y que traslada problemas al manejo diario de los ciudadanos", sostiene Pedro Rabassa, de Empiria Consultores.
Sabe de qué habla. Por su pasado en el BCRA (estuvo a cargo de la administración de las reservas en la gestión Redrado), fue testigo de cómo "fueron al tacho" varios proyectos para sacar billetes de mayor denominación sólo porque el Poder Ejecutivo los rebotaba. "El último intento serio debe haber sido el de 2010, cuando se quiso emitir de $ 200 aprovechando el Bicentenario".
Parte de esa negativa obedeció a la necesidad de justificar públicamente la estatización de la imprenta Ciccone y, de paso, cubrir las desprolijidades que dejó el desembarco del opaco The Old Fund, en lo que luego se conoció como el "Bodougate".
El seguimiento de las cifras sobre circulación que periódicamente publica el BCRA permite observar que, en el último año, la masa de billetes en circulación creció de 3988,1 a 4747,9 millones de unidades, es decir, 17%.
Pero también revela que 662,3 millones de los 759,8 millones de billetes que se agregaron a la oferta, es decir, el 87,5% de los nuevos billetes que salieron, correspondieron a la mayor denominación posible.
En ese mismo lapso, que va de inicios de febrero de 2014 a la actualidad, dejaron de circular 7,1 millones de billetes de $ 50 y se incrementó sólo marginalmente la circulación del resto de las denominaciones. Por esta razón, la porción de billetes de $ 100 sobre la oferta total creció de 62 a 66% durante el período.
Incluso, por la necesidad de emitir sin pausa para compensar la mayor cantidad de billetes que demanda una economía inflacionaria (y el mayor deterioro físico que deviene de un mayor pase de manos), el Gobierno debió archivar su idea de dar de baja los billetes de $ 100 que llevan la imagen de Julio Argentino Roca para reemplazarlos íntegramente por los de Evita. "Para 2015 habremos completado los reemplazos", se había entusiasmado hace dos años la presidenta de la Casa de Moneda, Katya Daura.