Por la falta de tampones en el mercado argentino, las mujeres se vieron obligadas a buscar otras opciones.
Debido a la falta de tampones en el mercado argentino por las trabas en las importaciones, las mujeres se vieron obligadas a buscar alternativas compatibles con los meses de verano. A pesar de que el producto estrella en nuestro país para “esos días del mes” sigue siendo la toallita higiénica, no resulta una opción viable para los días de playa y pileta.
Fue entonces cuando la copa menstrual se instauró como unas de las mejores opciones para las mujeres argentinas. Además, se abrió un debate acerca de que su uso se extienda y se popularice debido a las grandes ventajas que presenta respecto al resto de productos de higiene femenina.
La copa menstrual, de origen alemán, no absorbe el fluido vaginal sino que lo acumula, de ahí su nombre. Está fabricada en silicona médica 100% hipoalergénica, es reutilizable (no genera basura y no contribuye a la tala de los árboles), dura unos 10 años (lo que supone un ahorro económico sustancial para la mujer), no daña el entorno vaginal y no tiene riesgos de producir cáncer.
Además, brinda una mayor cobertura dado que se puede usar hasta un máximo de 12 horas sin que sea perjudicial, no tiene límite de edad, pero sí existen diferentes tamaños dependiendo de si la mujer que lo vaya a usar haya tenido un parto vaginal o no. Según las marcas, hay entre dos y tres tamaños.
El producto queda abierto y colocado en la vagina, de modo que crea un vacío que impide las pérdidas (eliminando la necesidad de usar a parte del tampón un salvaslip) y, al no haber oxígeno, se reduce la presencia de microorganismos, lo que impide que se produzan alergias o infecciones de ningún tipo.
Como todo, también tiene algunas desventajas. La principal incomodidad con la que se encuentran las mujeres a la hora de usarla es su colocación y extracción, hasta que una no se acostumbra al sistema resulta molesto y puede llevar algún tiempo de práctica. Asimismo, puede ser incómoda de usar en los días en los que no se dispone de un baño con canilla con condiciones higiénicas.
Modo de uso. Cada vez que se quiera empezar a usar la copa menstrual hay que esterilizarla. Para ello hay sumergirla en agua hirviendo por unos cinco minutos. Lo mismo cuando se deja de utilizar hasta el próximo ciclo. Lo único que hay que hacer para cambiarla, es removerla, limpiarla con agua y jabón y volver a introducirla.