El escalador estadounidense Tommy Caldwell fue el primero en llegar a la cima de la pared de granito de casi mil metros de alto en el Parque Nacional Yosemite, seguido a los pocos minutos por su viejo amigo Kevin Jorgeson.
Los dos se abrazaron y entonces Jorgeson alzó el brazo al aire con fuerza en señal de triunfo. Tras varios años de práctica, intentos fallidos y 19 días escalando El Capitán con los dedos ensangrentados, los amigos finalmente lograron el triunfo.
"Es una amistad profunda, de toda la vida, que se ha desarrollado escalando juntos a lo largo de seis años", dijo la madre de Caldwell, Terry, entre unas 200 personas reunidas en el valle, miles de pies por debajo de la cima de El Capitán, que celebraron la histórica hazaña el miércoles.
La mujer dijo que su hijo pudo haber llegado hace varios días a la cima del mayor monolito de granito del mundo, pero que esperó a su amigo para llegar juntos.
Suceso mundial
Los hombres completaron lo que desde hace mucho se consideraba la escalada en piedra más difícil del mundo, algo que cautivó al mundo en los medios sociales. La escalada se transmitió por internet y varios documentalistas colgaban de cuerdas para filmar cada movimiento.
Caldwell, de 36 años y Jorgeson, de 30, se convirtieron en los primeros en escalar, en modalidad libre, la formación rocosa vertical Dawn Wall, hazaña que muchos habían considerado imposible. Utilizaron cuerdas y arneses de seguridad para sostenerse en caso de caídas, pero dependieron únicamente de su propia fuerza y destreza para ascender entre grietas tan delgadas como navajas de afeitar y tan pequeñas como monedas.
Los dos tuvieron que enfrentar caídas y lesiones constantes, pero llegar a la cima hace realidad un sueño de años que llegó a convertirse en casi una obsesión.
Jorgeson dijo el jueves en el programa Good Morning America que estaba muy contento de que tantas personas piensen que la escalada los inspiró.
"Es algo surrealista levantarse y saber que completamos la escalada; es muy difícil de describir", dijo Jorgeson, de Santa Rosa, California.
Caldwell, de Estes Park, Colorado, habló brevemente y dijo que perdió la voz gritándole a su amigo, pero dijo que la escalada fue "una experiencia increíble".
El presidente Barack Obama los felicitó desde la cuenta de Twitter de la Casa Blanca y dijo que los hombres "nos recuerdan que cualquier cosa es posible".
Cómo fue
La escalada comenzó el 27 de diciembre. Caldwell y Jorgeson vivieron en la roca misma. Comieron y durmieron en tiendas aseguradas a la piedra a cientos de metros de altura y tuvieron que soportar dolorosos cortes en las yemas de los dedos gran parte del trayecto.
Los practicantes de la escalada libre no ascienden con ayuda de cables ni usan cinceles para abrir lugares de donde sujetarse. En su lugar, suben centímetro a centímetro, introduciendo las puntas de los dedos y los pies en pequeñas aberturas o salientes milimétricas de roca. En fotografías, por momentos ambos lucen como el Hombre-Araña, con brazos y piernas desplegados contra la pálida roca que ha sido descrita tan lisa como un mosaico del baño.
Ambos hombres necesitaron descansar largos períodos para que las heridas se les sanaran. Usaron vendajes e incluso pegamento para facilitar el proceso. En cierto punto, Caldwell tenía que fijar su alarma para despertarlo cada cierto tiempo para poderse aplicar una crema especial en las adoloridas manos.
Agencia AP