Otra fuerte caída del precio del petróleo vuelve a castigar con dureza a las acciones de la empresa argentina. Cómo cambió el valor de mercado desde su expropiación hasta la actualidad.
Cuando en 2012 Axel Kicillof irrumpió en las oficinas de YPF, en nombre del gobierno nacional, para quedarse con 51% de las tenencias de las acciones que tenía Repsol en la empresa,el valor bursátil de la compañía era de 7.640 millones de dólares, porque la acción cotizaba en Wall Street a u$s19,50 y el barril del crudo se movía entre 105 y 120 dólares el barril, según se mire el WTI o el Brent.
Desde ese momento hasta el 26 de febrero de 2014, cuando el ministro de Economía y el presidente de Repsol, Antonio Brufau, acordaron una compensación de u$s5.000 millonesde valor nominal, ampliable a 6.000 millones si el precio de los bonos bajaba, la capitalización de la petrolera se elevó a más de 10.500 millones de dólares, pese a que el crudo había descendido a menos de 95 dólares el barril.
A partir de ahí la tonificación de la economía mundial, que hizo empinar el precio del crudo a mas de 115 dólares, y en el orden local la maduración, aunque lenta, del plan piloto del nuevo presidente de YPF Miguel Galuccio para explorar y explotar el mega reservorio de gas y petróleo de modo no convencional en Vaca Muerta, Neuquén, la petrolera pasó a valer más de 16.300 millones de dólares.
Sin embargo, las buenas noticias no se mantuvieron y aparecieron las malas de modo casi simultáneo. La Argentina ingresó en un nuevo default a partir de agosto último, aunque selectivo, al decidir el Gobierno no honrar un fallo judicial a favor de los holdouts,. y en el mundo se inicia una guerra de precios del petróleo entre países árabes y los EEUU y Venezuela.
Con ese escenario la cotización del petróleo se derrumba al menor nivel en seis años y la acción de YPF, con un valor en el Nasdaq por debajo de 25 dólares, lleva el valor bursátil a 9.640 millones de dólares.
De ahí que desde la expulsión de la participación de Repsol en el capital de YPF la empresa no sólo se descapitalizó en casi 900 millones de dólares, sino que el Estado perdió unos 420 millones de dólares, porque hoy hubiese pagado unos 4.580 millones de dólares.