Francisco transmitió su pésame por la muerte en Guerrero del padre Goyo.
El papa Francisco expresó "su más sentido pésame" por la muerte del sacerdote Gregorio López Gorostieta, asesinado en el sureño estado de Guerrero, indicó ayer el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, en un mensaje difundido por el clero mexicano.
"Profundamente apenado al recibir la triste noticia del asesinato del padre Gregorio López Gorostieta, el Santo Padre expresa su más sentido pésame a Vuestra Excelencia, así como al clero, comunidades religiosas y fieles de esa amada diócesis", dijo Parolin en su mensaje a Maximino Martínez, obispo de Ciudad Altamirano, Guerrero.
El Papa "ofrece sufragios por el eterno descanso del sacerdote de Cristo, víctima de una injustificable violencia", dice el texto difundido por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Añade que "al expresar una vez más su firme reprobación de todo atentado a la vida y dignidad de las personas", Francisco exhorta a los sacerdotes y demás evangelizadores de la diócesis a proseguir su misión eclesial a pesar de las dificultades.
López Gorostieta, que había sido secuestrado el domingo pasado en Guerrero, fue hallado muerto el jueves con un tiro de gracia, informó el viernes la diócesis de Ciudad Altamirano, que calificó de "aberrante" el asesinato.
El sacerdote católico, a quien se conocía como padre Goyo, había sido secuestrado por personas armadas que ingresaron al seminario de Ciudad Altamirano, adonde había llegado para oficiar varias misas y participar en una ceremonia navideña.
Gorostieta es el tercer sacerdote asesinado este año en la llamada "Tierra Caliente'', una región del estado de Guerrero dominada por el cartel Guerreros Unidos, responsable de la desaparición de 43 estudiantes en el mes de septiembre en la misma zona, un hecho que conmocionó a México y que puso contra las cuerdas al gobierno de Enrique Peña Nieto por su incapacidad para hallar los restos de las víctimas.
El obispo Martínez dijo que el cuerpo del padre López apareció en una autopista el día de Navidad. El miércoles, docenas de sacerdotes y cientos de fieles marcharon en Ciudad Altamirano para protestar por su secuestro y el aumento de la violencia contra miembros de la Iglesia.
El obispado de Ciudad Altamirano hizo el viernes un llamado "a todas las autoridades federales, estatales y municipales para que se aclaren los hechos y se haga justicia de la muerte de tantos hermanos y hermanas en el estado de Guerrero".
La CEM deploró también la muerte "de forma injusta y violenta" del religioso y se sumó "al sentir de muchos mexicanos" al pedir un alto a la violencia que azota al país.
El padre Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial, dijo que en los dos últimos años, período que el presidente Enrique Peña Nieto lleva en el cargo, hubo nueve asesinatos de sacerdotes en todo el país. Además, se denunciaron 520 amenazas ante las autoridades, muchas de muerte, y hubo 1520 casos de extorsiones contra religiosos también denunciadas. Dos sacerdotes más están desaparecidos desde 2013.
"De los nueve asesinados ninguno ha llegado a esclarecimiento. Falla algo bastante serio, porque no se clarifican los acontecimientos'', dijo Sotelo. "Creemos que no se trata sólo de robos, va mucho más allá. La manera en que han sido perpetrados los asesinatos genera dudas serias al respecto'', agregó Sotelo.
La Iglesia mexicana cree que algunos de los ataques podrían tener la intención de callar a los sacerdotes que protestan contra la violencia en el estado de Guerrero, uno de los más violentos del país.