Es el más grande del que se tiene registro en hospitales públicos; el tumor nacía en el ovario; a la mujer, de 42 años, le molestaba para moverse y respirar.
Es el más grande del que se tiene registro en hospitales provinciales. Nacía en el ovario y se extendía a todo el abdomen. La masa tumoral era tan grande que apenas podía moverse y respirar. La cirugía en el Güemes de Haedo fue un éxito.
Un equipo médico del hospital provincial Güemes de Haedo extrajo con éxito un tumor ovárico de 25 kilos a una mujer de 42 años. La paciente, oriunda de La Matanza, salió del quirófano con un peso de 110 kilos, casi 30 menos de los que tenía cuando entró al hospital.
El tumor gigante abarcaba todo el abdomen y formaba una pelota aparte, a la altura del ovario, que le caía sobre la pierna derecha. Por las dimensiones del tumor, el caso resulta el más grande del que se tiene registro en el país.
"En casi 30 años de cirujano nunca vi un tumor de semejante tamaño", dijo Alberto Kiplizlian, responsable de la operación en el Hospital Güemes de Haedo. El médico calculó que esa formación tumoral tenía unos 4 años de evolución.
El Ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia, que esta semana hizo una recorrida por el hospital Güemes, felicitó a los médicos y dijo que "intervenciones de este tipo muestran el nivel de profesionalismo e idoneidad de nuestro equipo de salud". Señaló que "es fundamental que las mujeres sean concientes de estos riesgos y realicen en forma regular sus controles ginecológicos".
En este caso, el tumor estaba formado por una especie de cápsula sólida que pesaba unos 10 kilos. Adentro contenía 15 litros de un líquido viscoso y sanguinolento que los médicos drenaron poco a poco con un aspirador.
Sin aire
La paciente, que se llama Graciela, llegó sin aire a la guardia del hospital el 21 de enero de este año. Pensaba que ese vientre prominente que tanto le molestaba era producto de una antigua eventración que sufrió como consecuencia de una operación anterior, por un cuadro de peritonitis.
La mujer llevaba adosado a su abdomen 25 kilos de tumor, equivalente al peso de un chico de 5 años. Semejante formación le presionaba el diafragma y los pulmones, así que respirar y movilizarse le resultaba casi imposible. Su trabajo como empleada doméstica le costaba horas de agitación, dolores y ahogos insoportables. Por eso, cuando la internaron tuvo que pasar 25 días con suministro de oxígeno.
Cuando llegó al hospital Güemes, los médicos de guardia quedaron azorados frente a semejante cuadro: al tumor se sumaba que la mujer era obesa, tenía diabetes, hipertensión, hipotiroidismo, anemia y falta de potasio: un combo explosivo.
De inmediato quedó internada y le comenzaron a realizar los estudios y tratamientos para compensarla, requisito indispensable para someterla a una cirugía. Recién cuando los médicos tuvieron bajo control las enfermedades de base pudieron ingresarla en el quirófano.
Hoy, Graciela se encuentra en su casa de San Justo donde evoluciona favorablemente.