La pareja organizó una gran fiesta en su mansión en la Argentina.
El viaje surgió en medio de un impasse en la agenda futbolística que Maxi López (29) mantiene con su equipo, el U.C. Sampdoria de la Serie A de Italia. Apenas lograron encontrar un tiempo libre, el delantero y su mujer, Wanda Nara (26), armaron las valijas y dejaron su mansión de Génova para disfrutar de un mes de vacaciones en Argentina, junto con sus tres hijos Valentino (4), Constantino (2) y Benedicto (1). La pareja aprovechó la visita para organizar el bautismo del benjamín de la familia. Al igual que en 2011 –cuando bautizaron a Constantino con una megafiesta temática inspirada en reyes y príncipes–, Wanda volvió a elegir el jardín de su casa ubicado en el barrio cerrado de Santa Bárbara, para la ceremonia. "Queremos armar algo tranquilo. La idea es que el bautismo sea una razón de encuentro para reunir a toda la familia, que es lo que más extrañamos cuando estamos en Italia", confesó Wanda durante el programa de Susana Giménez.
El evento tuvo lugar finalmente el jueves 30 de mayo frente a uno de los lagos de su casa y solo cien personas asistieron a la celebración; entre ellas, los padres de la modelo, Nora y Andrés, y su hija Zaira; y sus amigas, Paula Chaves (28) –quien lució radiante en su sexto mes de embarazo– y Nicole Neumann (32).
La fiesta por dentro
Todo estuvo decorado con la imagen del Pato Donald, ídolo máximo de Benedicto. Desde un arco hecho con globos, dispuesto en la entrada de la casa para recibir a los invitados, hasta el último detalle de la mesa principal. El catering infantil incluyó: macarrones, golosinas y la torta, que recreó al entrañable personaje animado. Para los adultos, en cambio, hubo un servicio que incluyó sushi y ceviche. Los tres hijos de la pareja lucieron impecables trajes de Daniel Casalnovo. "Wanda es la mujer perfecta y una gran madraza. Con ella me saqué la lotería", confesó Maxi.