Inauguró ayer en la audiencia general una nueva serie de catequesis sobre este tema; ayer dijo que no hubo un "choque de facciones", sino una "confrontación entre obispos".
En otra movida que habla a las claras de la importancia que tiene para él el sínodo de obispos de octubre pasado sobre la familia, que tendrá una segunda parte en octubre del año próximo, ayer el Papa inauguró en la audiencia general de los miércoles una nueva serie de catequesis sobre este tema.
Volvió a explicar -como hizo en la reciente entrevista con LA NACION-, que el sínodo "no es un parlamento", sino un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda operar, que se trata de un proceso y que nadie puso en duda durante la asamblea "las verdades fundamentales del sacramento del matrimonio, es decir, indisolubilidad, unidad, fidelidad y apertura a la vida".
Además, explicó que "no hubo censura previa" y que "no hubo un choque entre facciones, como en un parlamento, donde esto es lícito, sino una confrontación entre obispos, que tuvo lugar después de una larga preparación y que ahora seguirá en otro trabajo, por el bien de las familias, de la Iglesia y de la sociedad".
"Algunos de ustedes pueden preguntarme: ¿se pelearon los padres sinodales? Bueno, no sé si se pelearon, pero que hablaron fuerte, sí, es verdad", admitió también, provocando aplausos entre la multitud. "Y ésta es la libertad, es justamente la libertad que hay en la Iglesia", agregó, al destacar que todo esto ocurrió "cum Petro et sub Petro", es decir, con la presencia del Papa, "que es garantía para todos de libertad y de confianza, y garantía de la ortodoxia".
Al término de la audiencia general, Francisco saludó a la delegación de artistas argentinos que mañana interpretará la Misa criolla -que cumple 50 años-, en una celebración solemne por el Día de la Virgen de Guadalupe, patrona de América latina, en la Basílica de San Pedro.
"¿Van a tocar o van a desafinar?", le dijo el Papa con humor al grupo, liderado por la cantante Patricia Sosa y el compositor Facundo Ramírez, hijo del célebre Ariel Ramírez, autor de la Misa criolla, según contaron en una conferencia de prensa sobre este evento. Muy emocionado, Ramírez reveló que cuando el Papa lo saludó, le dijo: "Tu padre era un grande y un místico". A Patricia Sosa, con mucho humor, le preguntó: "¿Vos hacés como la otra cantante que tenía tu apellido [Mercedes], que antes de actuar se tomaba una copita de vino?".
En la conferencia de prensa, el profesor Guzmán Carriquiry, secretario encargado de la vicepresidencia del Pontificio Consejo para América latina, recordó que Ariel Ramírez en 1967 le entregó al beato Pablo VI su obra, que fue interpretada en 1988 en el Aula Pablo VI por José Carreras en un acto de beneficencia. Y que volvió a ser interpretada el 12 de diciembre de 2011 en una celebración eucarística que presidió en la Basílica de San Pedro Benedicto XVI, que se manifestó "impresionado por la intensidad religiosa" de esa música folklórica con bombos y demás instrumentos de percusión tan poco comunes en el Vaticano.
Asistieron a la presentación el flamante embajador argentino ante la Santa Sede, Eduardo Valdés; la ministra de Cultura, Teresa Parodi, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Todos ellos destacaron la especial colaboración de la presidenta argentina, Cristina Kirchner, y del Gobierno, para que fuera posible el evento.
En otro orden, el Vaticano difundió el Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el 1° de enero y será enviado a los jefes de Estado de los 180 países que mantienen relaciones con la Santa Sede. Éste llama a una movilización global contra el fenómeno "abominable" de la trata de personas, que volvió a calificar de un "crimen de lesa humanidad" que afecta a millones de personas y sigue dándose en medio de una indiferencia generalizada.(LANACION)