Entre la condena y la defensa; entre el pedido de juicio al ex presidente George W. Bush y miembros de su equipo y el reproche de que se está montando un "circo sin sentido". Así transcurrieron las primeras 24 horas luego de que el Senado norteamericano hiciera público un lapidario informe sobre el uso de torturas por agentes de su sistema de inteligencia.
Lo otro llamativo es que, si bien en las ediciones de ayer el informe ocupó el lugar central en el panorama informativo, al caer la noche pareció ceder espacio a otras cuestiones.
Entre ellas, un ajuste presupuestario, lo que alentó a quienes, tras criticar la difusión del informe, cruzan los dedos para que pronto desaparezca de escena. Y, si es posible, sin consecuencias. Una corriente que anida, sobre todo, en filas republicanas, aunque no exclusivamente.
Fronteras afuera, sin embargo, el clamor es otro y piden responsabilidades. Desde Europa y Medio Oriente llegaron voces de condena a las "prácticas aberrantes", una cuestión que en el bloque europeo incluye el pedido de cuentas a gobiernos que "colaboraron" con el norteamericano en los procedimientos y traslados que llevaron a tortura.
Desde las Naciones Unidas se confirmaron ayer pedidos para que "no queden impunes" las torturas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), así como para que se "procese" a los altos cargos que la ordenaron. Desde el ex presidente George W. Bush a miembros de su equipo, entre ellos, el ex vicepresidente Dick Cheney, como el ex secretario de Defensa Donald Rumsfed. Todos ellos siguen defendiendo hoy los "métodos" usados por la CIA y "más allá de lo que diga el informe" se trata de "patriotas" que defendieron al país, sostuvo Bush.
"La convención contra la tortura no deja a nadie afuera ni permite situaciones excepcionales", sostuvo el alto comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Zeiz Al Hussein. Lo hizo al replicar, justamente, a quienes justifican esos métodos en aras de la "seguridad" y de la "lucha contra el terrorismo".
Pero mientras las consecuencias del informe no parecen todavía claras, el debate interno pasa por quienes ponen en duda el documento y lo desacreditan por tener "una narrativa falsa" y contribuir a que "se monte un circo sin sentido".
"Decir que el trabajo de la CIA no fue valioso es una patraña. Porque eso salvó miles de vidas", sostuvo un grupo de ex directivos de la central, al firmar artículos de opinión en el diario The Wall Sreet Journal.
Los ex directores George Tenet, Porter Gross y Michael Hayden, junto con tres ex subdirectores, suscribieron una nota en la que afirman que el documento del Senado no es más que "un ataque partidario y pobremente realizado para desacreditar a la agencia que hizo todo lo posible por proteger a los Estados Unidos" luego de los ataques terroristas del 11 de Septiembre.
Una de las cosas que los ex directivos pusieron en duda salpica a la gestión de Obama, al insistir en que "sin el programa de interrogatorios de la CIA jamás se hubiese podido rastrear y localizar" al ex líder terrorista Osama ben Laden, capturado y ejecutado en un operativo comando que ordenó el demócrata, en mayo de 2011.
El informe de los senadores demócratas asegura que no hubo tortura en el proceso por el que se llegó a la pista que permitió la captura del llamado "enemigo número uno" de los Estados Unidos y líder de la red Al-Qaeda, que perpetró los ataques de 2001. En igual sentido, los ex directivos aseguran que, sin ese programa de interrogatorios, tampoco se hubiera podido rastrear a otros importantes jefes de la organización.
Parte de la disputa se centró en el papel de las "empresas subcontratadas" por la CIA. Entre ellas, una consultora liderada por dos psicólogos que asesoraron en la aplicación de torturas, con un contrato por el que cobraron 81 millones de dólares. El documento los identifica sólo con seudónimo. Pero sus nombres trascendieron. Uno de ellos, con pedido de reserva de nombre, declaró a la agencia AP que "un acuerdo de confidencialidad" le impedía defenderse "con todos los elementos" necesarios, pero insistía en que el informe falseaba la realidad.
Firmado sólo por los senadores demócratas de la Comisión de Inteligencia, un informe interno reveló "abusos y torturas" en los interrogatorios que llevó adelante la CIA luego de los ataques de 2001. Se trata de un informe parcial, apenas la décima parte de una investigación interna que continúa censurada. Uno de los temores de quienes desaconsejaron la difusión era el riesgo de acciones de represalia.
LA 13 TÉCNICAS MÁS BRUTALES
El informe detalló algunas de las prácticas de la CIA
Hipotermia
La CIA mantuvo a Gul Rahman desnudo de la cintura para abajo y encadenado al piso de cemento
Rehidratación rectal
Por lo menos a cinco detenidos por la CIA les suministraron comida y agua a través del recto
Detención sin pruebas
Por lo menos 26 de los 119 prisioneros fueron detenidos y encarcelados injustamente
El "submarino"
Esta técnica de ahogamiento simulado causaba en los detenidos vómitos, convulsiones y desmayos
Prohibido dormir
A varios prisioneros se los mantuvo sin dormir hasta 180 horas, con las manos atadas sobre sus cabezas
Ruleta rusa
Un agente de la CIA sometía a un detenido al juego de la ruleta rusa, apuntándolo con una pistola
Taladro eléctrico
Un agente de la CIA acercó un taladro cerca de la cabeza de un detenido y lo activó para asustarlo
Familias amenazadas
Agentes de la CIA amenazaron por lo menos a tres prisioneros con un eventual daño a sus familiares
Música ruidosa
Los presos eran sometidos a escuchar música fuerte y ruidos para desestabilizarlos emocionalmente
Colgados de una barra
Un preso fue esposado a una barra por encima de su cabeza y quedó colgado durante 22 horas
Confinamiento
Un prisionero fue situado en una suerte de caja del tamaño de un ataúd durante 266 horas
Envueltos en plástico
A algunos presos los envolvían con una cinta de plástico, los golpeaban y los tiraban al piso
Walling
Los agentes lanzaban violentamente a los presos contra una pared.(LANACION)