Roger Baillon, un empresario que tuvo su época de esplendor a mediados del siglo XX, fue comprando uno a uno los automóviles clásicos de esta fantástica colección en los años 60 y 70. Muchos de ellos ya estaban deteriorados, pero su sueño era restaurarlos.
Originalmente eran más de 100, pero inesperados problemas económicos lo llevaron a vender gran parte de ellos y a dejar los 60 que le quedaron abandonados en una finca que tenía en el oeste deFrancia. En sus últimos 30 años ni siquiera se acercó al lugar.
Hace una década falleció y sus herederos no tenía la menor idea de la existencia de esta colección. Recién ahora la descubrieron, por casualidad, al ir a la propiedad con la intención de venderla.
Sin ningún apego particular por esas reliquias, los descendientes de Baillon quieren convertirla en dinero. Por eso organizarán una subasta de la que esperan obtener unos 19 millones de dólares.
Entre los autos más destacados se pueden mencionar modelos como Ferrari 250 GT SWB California Spider, Ferrari 400, Ferrari Mondial 3.2L Cabriolet, Porsche 356 SC, Maserati A6G, Jaguar type S 3.4 L, Lancia Thema 8.32, Renault Vivastella Cabriolet y Bugatti 57 Ventoux Barré Torpédo, entre muchos otros.
Como si estos vehículos no fueran de por sí sumamente valiosos, algunos tienen el incalculable valor agregado de haber pertenecido a figuras ilustres. Por ejemplo, una Ferrari de Alain Delon y otra de Jane Fonda, y un Talbot-Lago del excéntrico rey Faruq, de Egipto.