La semana pasada en el programa Gabriel me sorprendió con la pregunta ¿Que le falta a Río Cuarto?, y creo que nuestra ciudad merece más de un segmento y por eso hoy nos apartamos un poquito del tema central que siempre nos ocupa.
Esto no es una escusa para no hablar de la inesperada firmeza de la soja, que espero pueda aprovecharla o de las mejores condiciones que presenta el maíz en el plano internacional. Los precios parecen ir mejorando de a poco, con amenazas por parte de la demanda y oportunidades en la oferta agregada de los granos.
Las bolsas son entidades financieras privadas donde por mandato de sus clientes, operadores compra o venden acciones de Sociedades Anónimas, Bonos del Estado y otros instrumentos financieros que facilitan el desarrollo económico y financiero de una región.
Río Cuarto, a pesar de la importancia en cuanto su dimensión y número de habitantes no cuenta con demasiadas herramientas financieras modernas.
Una Bolsa, por ejemplo permitiría a los municipio obtener financiamiento, captando ahorros locales para potenciar la obra pública, sin necesidad de recurrir a otros mercados para sus emisiones; o un grupo de supermercados locales podrían haber obtenido capitales para instalar grandes superficies y obtener fondos necesarios para competir con las firmas foráneas; o las empresas podrían negociar los cheques de pago diferido de sus clientes, a tasas más competitivas que los bancos.
Sin dudas que en esta etapa lo que lograríamos es canalizar el ahorro de los habitantes de Río Cuarto, zona de influencia y de cualquier parte del mundo, en desarrollo público o privado local, solo hace falta un recinto para que funcione, cada vez más pequeño porque la mayoría de las operaciones son electrónicas.
Si nos permitimos seguir soñando podríamos cotizar futuros de algunos productos regionales, como el maní o cualquier otro producto que podamos cotizar transformando en un mercado de referencia nuestra ciudad. El hecho de contar con una cotización pública y conocida, descubierta por un mercado de futuros libera al productor de los riesgos de las variaciones en los precios, y también es una buena vidriera a cualquier persona de los países demandantes para comprar mercadería puesta en Río Cuarto sin riesgos de variaciones de precios.
También son importantes las cantidades comercializadas de granos, nuestra zona se transformó en gran demandante de maíz para la producción de etanol, que se suma al tradicional consumo forrajero.
Para los procesadores de granos es importante tener cerrado sus costos, asegurarse la provisión y es un buen incentivo para radicarse en esta zona.
En definitiva todo este movimiento no hace otra cosa que potenciar el desarrollo de la producción de bienes en la zona, y también de servicios ya que aparecen Casas Corredoras, Agentes de Bolsa, y todo tipo de auxiliares necesarios para el funcionamiento, en síntesis, también se crearían fuentes de trabajo.
Si bien la iniciativa tendría que ser llevada a cabo por particulares, la participación del Estado Municipal para coordinar estas actividades, la provisión de un lugar de funcionamiento facilitarían las cosas en una ciudad como la nuestra con fuertes individualismos.
En consecuencia esto debería ser un desarrollo privado con fuerte impulso del Estado en todos sus ámbitos, Nacional, Provincial y Municipal, solo falta hacedores que se pongan a desarrollar una idea que ayude a mejorar la situación de Río Cuarto y posicionarla en el mundo en el lugar que corresponde.