Es una anfitriona de lujo, con muchas horas de vuelo, y así lo demuestra desde hace nueve años al mando de la "Noche Austral", la gala que organiza a beneficio de la sala pediátrica del Hospital Universitario Austral. Pero Valeria Mazza (42) no está sola en el compromiso: Alejandro Gravier (52), su marido, manager y compañero de ruta, se pone al hombro la gestión que alienta a compañías y a muchos de "los dueños de la Argentina" para que compren las mesas y colaboren con la causa. Esta edición fue especialmente sensible: faltaba "Corchito" (como le decían Valeria y Alejandro), Horacio Mazza, amigo íntimo del matrimonio y habitué –junto a su mujer, Dolores Cahen d’Anvers– de la noche de Vale. Horacio Mazza, claro, estuvo presente en el sentido speech de Valeria.

LA PRIMAVERA EN EL DUHAU

El clima era casi perfecto, lo que facilitó que las terrazas "La Tipa" se convirtieran en una pasarela de alto verano de couture internacional. Valeria fue la "reina" del evento con un diseño escote en "V" profundo creado especialmente para la ocasión por Gino Bogani. Muy sensual, Delfina Blaquier también figuró entre las más admiradas con un vestido de Missoni, mientras que la artista plástica chilena Catalina Swinburn deslumbró con un modelo de Vera Wang.

La cálida noche sirvió de marco para que los invitados disfrutaran al aire libre del miniconcierto de violín eléctrico a cargo del músico Sami Abadi y degustaran brochettes de langostinos de la casa, mientras se ponían al día. La muerte de Oscar de la Renta, ocurrida la noche anterior, fue uno de los principales temas de conversación, y Karina Rabolini contó su particular lazo con el diseñador dominicano. "Nosotros sabíamos que estaba mal por Julio Iglesias, que es muy amigo nuestro y también de Oscar. De hecho, Julio tiene una casa al lado de la de Oscar en Punta Cana, eran vecinos. Apenas nos enteramos de su muerte, le mandamos un mensaje de condolencias a Julio. Además de ser un ícono de la moda, sabíamos por Julio que era muy buena persona", contó.

A modo de pequeño homenaje, Ana Rusconi llegó al evento con un espectacular vestido de la colección de De la Renta, primavera-verano 2014. "La verdad es que siempre me gustaron sus creaciones porque suelen destacar con delicadeza la feminidad. El y Valentino son mis favoritos", confió.


Hacía rato que las primeras damas no se cruzaban vestidas de largo en la alfombra roja y esta semana sucedió en dos oportunidades. Por eso, cuando Juliana Awada (40) y Karina Rabolini (47) aparecieron en escena, los flashes y las miradas inevitablemente las encandilaron. Durante la Gala Austral, acapararon la atención de todos con sus outfits y sus curvas de infarto. Bajo el cielo del Duhau, coincidieron en la elección de marcas italianas, con toques vivos de color. La mujer de Mauricio Macri se animó a un Missoni de la temporada verano 2012, mientras que la de Daniel Scioli eligió un Cavalli, de print salvaje, que marcaba el espectacular físico que conserva desde sus tiempos de modelo. Los políticos, o sea sus hombres, no fueron de la partida. Ni el jefe de Gobierno de la ciudad ni el gobernador de la provincia de Buenos Aires asistieron. Pero ellas apoyan la labor de Valeria desde la primera hora… "Admiro y valoro el compromiso que le pone Valeria a su rol de madrina, por eso no podía faltar", explicó Juliana.

                     

Las tres reinas de la noche se encontraron en las escalinatas de la terraza y posaron para ¡Hola! Argentina. Fue un momento de complicidad femenina y risas, en el que no se pronunció la palabra "política". Pero el duelo de estilo fue corto y contundente: la rubia y la morocha dieron cátedra de moda y sensualidad, y partieron. Ninguna se quedó a la comida. 
                      



"ME COMPLETA HACER ALGO POR LOS DEMÁS"

Antes de poner un pie en el salón Posadas, Valeria respiró profundo y un gesto de alivio se le dibujó en el rictus: todo marchaba viento en popa. En parte, gracias a su obsesión por el detalle y también al poderoso equipo organizador comandado por Bárbara Diez y por la colaboración del director general del Hospital Austral, José Luis Puiggari, que la ayuda siempre. "Ya es la novena gala, todavía no lo puedo creer. Me encanta que mis amigos hagan un poco cada uno y aporten lo que puedan", dijo Valeria mientras los invitados se ubicaban en sus mesas. El vínculo entre la modelo y el hospital se forjó cuando ella fue nombrada madrina de la entonces nueva sala pediátrica en 2006. En la gala encontró la manera de juntar fondos para mejorar la calidad de vida de los chicos que allí son atendidos. Este año, el objetivo era invertir lo percibido en el Centro de Genética y Medicina Fetal del Departamento Materno Infantil. Al final de la noche supieron que habían logrado la misión una vez más: 1.700.000 pesos. "En mi vida es importante hacer algo por los demás. Creo que todos podemos ayudar, es sólo tomar la decisión de hacer algo por el otro. A veces podés donar tu plata, otras tu trabajo o simplemente acompañar y escuchar. A mí me hace feliz, me completa como persona", dijo. "Y eso quiero transmitirles a mis hijos. Por eso, ya nos acompañan los mayores, Balthazar y Tiziano. Estoy muy orgullosa de los dos. Está bueno que compartan estos eventos con nosotros. Tanto a Alejandro como a mí nos parece que así como nos gusta compartirlo con un montón de amigos, nos encanta que estén nuestros hijos".



                          

SIN BAILE ESTA VEZ

Tras el cóctel de bienvenida, los presentes ocuparon las veintidós mesas del salón, ambientado con el gusto exquisito de Martín Roig, otro clásico "austral". Valeria entonces dedicó sus palabras a la labor del área de Pediatría del hospital, además de agradecer la solidaridad de todos. Visiblemente emocionada, recordó también al marido de su gran amiga Dolores Cahen d’ Anvers, Horacio Mazza, quien murió sorpresivamente el pasado 22 de septiembre de un paro cardíaco. "Este año es muy especial… Hace muy poco tiempo perdimos un amigo muy querido y se nos hizo muy difícil seguir adelante. La única manera de que hoy estemos acá es porque tenemos a otros cerca. Quiero destacar el valor de la amistad. A pesar de la tristeza, uno se siente un poco mejor cuando te acompañan los amigos", concluyó. Y recibió de manos del director médico del Austral, Eduardo Schnitzler, La virgen del abrazo, una escultura firmada por Carolina Bradbury.


                        

                         
                         

Mariano Iúdica fue el showman y también guio el remate. Entre los cuadros subastados, la obra de María Fernández Rivas Algún faro fue una de las más reñidas. Desde la mesa 17, Nacho Figueras y su mujer Delfina Blaquier fueron los mejores postores (se la quedaron por 20 mil pesos). Minutos antes de la medianoche, se repartieron un centenar de galletas de la fortuna, todas con premio en su interior.

La fiesta siguió en el salón Nogal, donde se sirvieron los dulces y más tragos. No hubo baile en esta edición pero sí una larguísima sobremesa entre amigos. Y en el the end, cerca de las tres de la mañana, Valeria volvió a sentir el gusto de la misión cumplida.