La recesión que sufre la economía no parece un fenómeno pasajero, y al menos hasta fin de año no se espera una reactivación en el consumo. A pesar de las medidas que tomó el Gobierno, como la ampliación de la canasta de Precios Cuidados o las compras en cuotas del programa Ahora 12, los analistas dicen que para lo que resta de 2014 se mantendrá la tendencia negativa en las ventas de los productos de la canasta básica. Así, será el primer año del kirchnerismo con el consumo en baja.

"El año va a terminar con una caída de entre 1 y 2% en unidades en el consumo de la canasta básica. Y podría haber sido peor si la performance del rubro bebidas no hubiera sido tan buena, a fuerza de lanzamientos y acciones promocionales por parte de las marcas", advierte José Amodei, director de la consultora CCR, que informó que hasta agosto las ventas de la canasta básica (alimentos, bebidas, tocador y limpieza) acumulan una baja de 1,2%.

Los números negativos de este año constituyen una novedad para el kirchnerismo, cuyo modelo se ha basado, precisamente, en un incentivo del consumo, que logró capear incluso momentos de contracción de la actividad. El mejor ejemplo fue 2009, cuando la economía argentina entró en recesión, pero el consumo siguió creciendo, si bien a una tasa más baja (1,6%, contra el 5,5% de 2008).

Para encontrar un antecedente de una caída en las ventas de la canasta básica hay que retrotraerse a 2002, cuando en medio de la crisis más profunda del país el consumo se derrumbó un 25 por ciento.

"La desaceleración del consumo no es nueva y comienza a mediados de 2011, pero éste es el primer año que va a cerrar con un registro negativo y con una caída muy homogénea que atraviesa todo el país, pero se siente con más fuerza en el interior, que perdió definitivamente el impulso y dejó de ser el motor del consumo", señaló José Amodei, de la consultora CCR.

"De acá a fin de año imagino que el consumo siga como va hasta ahora, salvo que hubiera alguna medida de política económica que altere las condiciones del mercado. Hasta ahora, la proyección es mantener la inercia actual, que es de contracción generalizada, más fuerte en bienes durables, más moderada en bienes no durables", coincidió Guillermo Oliveto, director de la consultora W, que proyecta para todo 2014 una baja del 1,5% en la venta de productos de la canasta básica, sumándose así a otros indicadores negativos, como los que se esperan para los shopping centers (-3%), electrodomésticos (-10%), autos (-25%) y motos (-30 por ciento).

Oliveto además acaba de presentar los resultados de un estudio sobre el consumo y las perspectivas económicas de los hogares. De acuerdo con su informe, la mitad de las familias argentinas reconoce estar consumiendo menos que en 2013, contra el 10% que admite una suba en sus compras.




Y a la hora de identificar las causas de la baja de la demanda, el 44% de los hogares dice que "la plata está justa", mientras que otro 22% sostiene que directamente no llega a fin de mes.

Los analistas destacan que ya quedó definitivamente atrás la tendencia de "ahorrar consumiendo", es decir, intentar proteger de la inflación el poder de compra de los salarios a través de la compra anticipada de bienes. "En 2013, debido a las complicaciones para acceder al dólar y a la depreciación de la moneda local, los argentinos se volcaron a consumir con sus excedentes de ingresos. En 2014, la inflación «se comió» esos excedentes, lo cual se tradujo en una caída del consumo que reflejan diferentes indicadores: desde mayo que cae el consumo en shoppings y desde junio que eso también ocurre en los supermercados", advierte Carolina Yellati, directora de la consultora Wonder.

Al tratarse de un año electoral, los analistas son muy cautos a la hora de hacer proyecciones sobre lo que pueda pasar en 2015. Igualmente, para el año próximo, las esperanzas de un cambio de tendencia están puestas en lo que pueda suceder a partir de enero, ante unas eventuales negociaciones con los fondos buitre y la posibilidad de que, después de dar ese paso, el país vuelve acceder a los mercados internacionales de deuda.

"Si el Gobierno resuelve de alguna manera la actual restricción de dólares, puede esperar una mejora para el consumo el año próximo, ya sea vía arreglo con los holdouts o alguna otra fuente de financiamiento. Si eso sucede y se vuelve a «aceitar» la economía, y se crece al 2 o 3 por ciento anual, entonces sí es esperable un consumo que retorne a un escenario más similar al de 2013, con un crecimiento moderado. No sería el boom de 2010 y 2011, pero sí mejor que este año", explicó Oliveto.

NEGOCIO CAMBIARIO

Pese al contexto negativo, Yellati igualmente advierte que la brecha entre el dólar oficial y el paralelo puede generar cierta reactivación en los segmentos socioeconómicos más altos.

"Los que tienen ahorros en dólares, o alguna capacidad financiera, se ven incentivados nuevamente a consumir algunos bienes cuyos precios siguen al dólar oficial, como forma de sacar provecho de la brecha: es el caso de los automotores, los viajes e incluso los bienes inmuebles. El porcentaje de encuestados que piensa consumir en el próximo año «seguro» o «muy probablemente» un auto pasó del 5 por ciento en junio al 8 por ciento en octubre; respecto de los viajes, la intención de consumo creció del 21 al 28 por ciento, y en relación con los inmuebles, del 2 al 4 por ciento", explicó la directora de Wonder.

Por Alfredo Sainz  | LA NACION