La presidenta le sacaría el domingo entre 6 y 8 puntos a Aécio; malestar en los mercados.
Le costó, pero al final la presidenta Dilma Rousseff logró quebrar el empate técnico en el que estaba estancada junto a su rival Aécio Neves de cara al ballottage de pasado mañana, en el que se juega la reelección. Según dos encuestas divulgadas ayer, la presidenta fortaleció su ventaja frente al candidato socialdemócrata y estaría entre seis y ocho puntos por delante en las intenciones de voto.
De acuerdo con el sondeo de Ibope, Dilma, del Partido de los Trabajadores (PT), se alzaría con el 54% de los sufragios válidos, mientras que Aécio, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), obtendría el 46%. En tanto, según la encuesta de Datafolha, la mandataria contaría con un 53% de respaldo frente al 47% del senador y ex gobernador del estado de Minas Gerais.
Los datos trajeron gran tranquilidad al gobierno, que desde la primera vuelta electoral del 5 de octubre, cuando Dilma obtuvo el 41,5% de los votos y Aécio el 33,5%, temía perder el poder, con el socialdemócrata favorito en un primer momento y luego en un empate que se mantuvo congelado por casi dos semanas. Las dos encuestas publicadas ayer apuntaron que en estos últimos días se redujo notoriamente la cantidad de indecisos: de un 7% a un 3% en el sondeo de Ibope y a un 5% en el de Datafolha.
Ante el cada vez más factible triunfo oficialista, quienes no reaccionaron positivamente fueron los mercados, que consideran las políticas de Dilma muy intervencionistas en lo económico e ineficaces a la hora de retomar el ritmo de crecimiento de Brasil, actualmente en recesión técnica.
La bolsa de San Pablo, la más grande de América latina, cerró con una fuerte caída de 3,24%, en 50.713 puntos, mientras que el real se depreció un 0,84% frente a la moneda estadounidense, y por primera vez desde inicios de diciembre de 2008 traspasó la barrera de las 2,5 unidades por cada dólar.
OPTIMISMO OPOSITOR
Las malas noticias en los sondeos no intimidaron a Aécio, que advirtió que existe "una espiral silenciosa" que no se ve reflejada en las encuestas y que acabará por formar un "avasallador movimiento por el cambio".
"Los sondeos son un estímulo para mí. Vamos a hacer la convocatoria final de la militancia, dar una última palabra para los indecisos: dele a Brasil la oportunidad de cambiar", dijo en una conferencia de prensa en Río de Janeiro el candidato opositor, que esta noche se enfrentará a Dilma en el último debate televisivo antes de los comicios.
Aécio volvió a criticar al PT por la feroz campaña de "mentiras e insultos" en su contra. En estos días, hasta el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, padrino político de Dilma, comparó al PSDB con el nazismo, y despreció al socialdemócrata -nieto del primer presidente electo en Brasil tras la dictadura, Tancredo Neves- como un "hijo de papá" acostumbrado a una vida de privilegios.
Frente a estos ataques propagandísticos, el equipo de Aécio buscó reforzar en estos días su campaña con nuevos avisos televisivos que tienen como protagonistas a la popular ecologista Marina Silva -candidata presidencial por el Partido Socialista Brasileño desbancada en la primera vuelta y ahora aliada del PSDB-; a Renata Campos, viuda del candidato original socialista, Eduardo Campos, fallecido en un accidente aéreo en agosto, y al ex jugador de fútbol Romario, que después de cuatro años como diputado este mes fue elegido senador con la mayor cantidad de votos en el país.(LANACION)