Se impuso por 1 a 0, con gol de Cauteruccio y dio un paso importante para seguir en Primera; se complican Independiente, Argentinos y San Martín de San Juan.
El partido que se miró con una lupa gigante terminó con el resultado menos querido para Independiente: Quilmes, que pelea la permanencia con los Rojos, le ganó a Racing por 1-0. Hubo controversia, comentarios y sospechas antes del partido. Y los habrá después. Quién sabe cuándo se apagará el murmullo. Tal vez nunca en la mente de los recelosos vecinos de Avellaneda.
Quedará la duda eterna para los suspicaces porque Racing no hizo casi nada para ahuyentarla. Es cierto que la Academia nunca encontró un rendimiento sostenido en el torneo Final y que viene deshilachándose. Es decir, a nadie debió sorprenderle la derrota con Quilmes porque no es más que una continuidad de su flojo presente. Pero lo llamativo fue, en la teoría, la falta de atacantes en la formación titular y, en la práctica, la escasa reacción en los momentos desfavorables.
A Quilmes le alcanzó con tres tiros al arco para encontrarse con la ventaja. No pudo Goñi, dentro del área, ni Menéndez, que en el rebote encontró a Saja bien ubicado. Hasta que en la siguiente jugada los cerveceros sintieron el alivio de la conquista. Fue una réplica de Elizari para Cauteruccio, que en la puerta del área, y de puntín, definió lejos de Saja. ¿Qué hicieron los defensores de Racing? El único que apareció en el cuadro fue Ortiz, que habilitó al atacante. El resto quedó lejos. Es más, el propio Ortiz estuvo un rato largo recriminándoles a sus compañeros, sobre todo a Villar y a Pillud, por una exigida pelota para Zuculini. Ahí comenzó todo.
Quilmes se movió con la fuerza de aquel que se juega un lugar en primera. Racing, por momentos, pareció con las piernas cansadas y no se sostuvo sobre las conexiones colectivas. Le faltó el picante de aquel que busca un lugar en la Copa Sudamericana o la determinación de un conjunto que sabe que por estas horas se habla -y mucho- sobre la renovación del contrato del DT Zubeldía. Se insiste: fue una imagen parecida a la que Racing entregó en jornadas pasadas. La memoria recoge con rapidez la muestra en el clásico con Independiente, en el que los Rojos se impusieron por 2-0, por la 3» fecha.
El gol de Cauteruccio
Los mediocampistas de Racing, incluido Centurión, que se movió como pudo en el ataque, tocaron la pelota con intermitencia e imprecisión. Apenas podrá mencionarse un tiro al arco en el primer tiempo: un intento de De Paul desde lejos, sin mayor trascendencia. Habrá sido por eso que Zubeldía puso a Cámpora, ya a los 20 minutos del segundo tiempo. El empuje de Quilmes se frenó con una doble salvada de Trípodi. La primera llegada a fondo de la Academia puso nerviosos a los cerveceros. El arquero se lució ante Cámpora y, con impecables reflejos ante Zuculini. Fue una ráfaga en la que el equipo de Avellaneda hizo que no lo había hecho en casi 70 minutos. Poco y nada. En una floja campaña, Racing dio otro paso atrás.