Un accidente que cambió todo el juego. Constantes altibajos. Agresiones, muchas agresiones, y sorpresas hasta la recta final. Los candidatos presidenciales en Brasil concluyeron ayer una dramática campaña que se caracterizó por la "guerra sucia" de parte del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), en busca de la reelección de Dilma Rousseff en los comicios de pasado mañana.
Los candidatos se enfrentaban anoche en el último debate presidencial, en el que se revivió el tenso clima de campaña.
"Fue una campaña sin propuestas, que se resumió en el autoelogio, las mitificaciones, los ataques personales y las críticas, muchas veces mentirosas y calumniosas", destacó a LA NACION el experto en comunicación Carlos Eduardo Lins da Silva.
Desde que Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), irrumpió con fuerza en la contienda tras la muerte del candidato original, Eduardo Campos, en un accidente aéreo el 13 de agosto, el PT lanzó una virulenta ofensiva en su contra. De repente, esta mujer negra de 56 años, criada en un humilde hogar del Amazonas y ex ministra de Medio Ambiente (2003-2008) del presidente Lula da Silva, se convirtió en la mayor amenaza al proyecto de poder petista. Todos los esfuerzos del PT fueron puestos en desacralizarla. Y lo lograron.
Dilma, que había perdido la delantera durante casi todo el mes pasado, volvió a recuperar su ventaja. Según la última encuesta de Datafolha divulgada ayer, la presidenta obtendría el 40% de los votos pasado mañana, seguida por Silva (24%) y por el senador Aécio Neves (21%), del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que ahora en empate técnico con la ecologista, ha vuelto a reavivar sus esperanzas de pasar al ballottage del 26 de octubre. En esa segunda vuelta, Dilma se ubica como clara favorita, y tanto contra Silva como contra Neves ganaría 48 a 41%. El equipo de la presidenta incluso se anima a soñar con poder salir victorioso ya en primera vuelta.
La "guerra sucia" del PT comenzó con anuncios televisivos en los que la comida de una familia desaparecía de la mesa, mientras se señalaba que la propuesta de ajuste fiscal de Silva acabaría con los programas sociales que en 12 años lograron sacar a millones de brasileños de la pobreza. Siguió con una serie de avisos en los que se advertía que Silva está "rodeada de banqueros" y, más recientemente, otros en los que se exponían las "mentiras" de la ecologista en relación con su actuación como senadora (1995-2011).
"Miente quien dice que no sabía que había robos en Petrobras; miente quien dice que no sabe lo que está pasando con la corrupción en este país", se defendió Silva, en los anuncios que sacó al aire ayer, en los que hizo referencia al escándalo de sobornos que tiene como eje a la petrolera estatal.
La actitud de Silva cambió mucho desde sus primeros días de campaña, cuando incluso llegó a lagrimear al referirse a los duros embates petistas contra la promesa de renovación política que representa.
"Si Marina no es lo suficientemente fuerte como para enfrentar una campaña electoral, no está lista para ser presidente. Que se dedique a otra cosa", apuntó Waldemir Macedo, un vendedor de diarios en Copacabana que votará por Dilma por la "fragilidad" que expuso su rival.
Ya con el daño hecho sobre su mayor adversaria, la presidenta prefirió terminar su propaganda en un tono más propositivo, prometiendo "un nuevo gobierno de nuevas ideas". En los avisos exhibidos anoche, se la veía junto a Lula, su padrino político. El ex presidente recordó que Brasil avanzó mucho socialmente, y afirmó que su primer mandato fue mejor que el primero. "Así sucederá también con Dilma", dijo, sin mencionar el estancamiento económico en el que se encuentra el país, con fuertes presiones inflacionarias.
En esta primera etapa electoral, el PT contó con una amplia ventaja en el espacio de propaganda gratuita, distribuido de acuerdo con el peso de cada partido en el Congreso. Ya en la segunda vuelta, el tiempo será repartido en forma igual entre los dos candidatos que logren pasar.
"Sea quien sea quien enfrente a Dilma, se puede esperar que la guerra sucia se incrementará hasta el final", pronosticó el cientista político Rubens Figueiredo, de la Universidad de San Pablo.
NEVES QUIERE UNA REFORMA DEL MERCOSUR
-Optimista en que logrará disputar la presidencia con Dilma Rousseff en el ballottage del 26 de octubre, el senador socialdemócrata Aécio Neves advirtió ayer a LA NACION que de llegar al poder buscará reformar el Mercosur.
-"Necesitamos tener una conversación muy clara con nuestros socios para que todos podamos avanzar. Pero no podemos quedar amarrados, por ejemplo, si hubiera oportunidades de acuerdos bilaterales con otras regiones del mundo", respondió.
-"Queremos mantener una relación extremadamente saludable con la Argentina porque el fortalecimiento de la Argentina, su crecimiento, interesa mucho a Brasil, a la economía, a la industria brasileña. Pero no podemos quedar limitados en acciones para ampliar los mercados a nuestros productos en razón exclusiva del Mercosur", subrayó.(LANACION)