Existen creencias de que los andadores facilitan la marcha de los bebés, que es cómodo, seguro y entretenido. Además permiten a sus cuidadores realizar otras tareas necesarias en el hogar.

Sin embargo, está demostrado que su uso retrasa la sedestación y la marcha alcanzando peores resultados en test de desarrollo motor y mental en los niños que los usan comparados con los que no lo hacen.

“El andador infantil es un elemento que se utiliza para los niños desde hace años y está instalado en las familias, sin tener en cuenta que es un fuente potencial de accidentes en el segundo semestre de la vida” dijo José Nuñez. Producen traumatismos por caídas, quemaduras, intoxicaciones, ahogamientos. Se crea una falsa sensación de seguridad por el cuidador.

La Academia Americana de Pediatría informa que el 12 al 40 % de los infantes que lo usan sufren alguna lesión en algún momento. Un estudio Chileno registra lesiones atribuibles al andador en el 45,6% de los usuarios. Canadá es, desde 2004, el primer país del mundo que prohibió la publicidad, venta e importación de andadores.

 La revista Pediatrics publica, en Marzo de 2006, que en EEUU la legislación que reglamenta medidas de seguridad para andadores y su reemplazo por centros de actividad fijos se asoció con una marcada disminución en el número de lesiones.



“Se recomienda que directamente que no se utilice y se usen otras alternativas para que el niño camine” agregó.

La mayoría de los trabajos publicados coinciden que se debe desaconsejar el uso de andadores por la ausencia de beneficios y la existencia de riesgos para el lactante.

Una experiencia educativa realizada en nuestro medio desde el consultorio del pediatra con consignas de prevención, fue efectiva para lograr un cambio de conocimiento y reducción en su uso.

“Por más que uno los cuide el niño logra moverse velozmente y se torna peligroso, buscamos lograr concientizar a la población para evitar esta clase de accidentes domésticos” finalizó el doctor.


Informe16/ LV16.com