Con los sondeos de intención de voto apuntando a una reñida segunda vueltaentre Dilma Rousseff (PT) y Marina Silva (PSB), la presidenta brasileña centra sus críticas en la ex senadora y ex compañera de partido y de gobierno. Principalmente, Dilma ataca la idea de Marina de gobernar con personas, relegando a los partidos a un segundo plano. "No creo que la democracia pueda prescindir de los partidos. Cada vez que eso ocurrió, nos hundimos en la más negra dictadura." La presidenta también niega tener conocimientos de las irregularidades en Petrobras, cuando el gigante petrolero estuvo bajo su control en el gobierno de su mentor Luiz Inacio Lula da Silva.

-¿Cómo espera superar la crisis económica que atraviesa Brasil?

-Creo que el segundo semestre de este año será muchos mejor que el primero. Y también es muy difícil comparar, hoy, un semestre con otro. Si se compara este primer semestre de Brasil con el primer semestre del resto del G-20, el peor país sería Estados Unidos, que tuvo un crecimiento de menos del 2,5%. Así que esas comparaciones puntuales son grandes artimañas. Lo que está ocurriendo en el mundo actual es que durante este primer semestre hubo una fuerte caída. Alemania tuvo por primera vez una gran caída en su índice de crecimiento, y la industria alemana, que es la mayor industria, la más competitiva, ya lleva ocho años perdiendo impulso, algo muy preocupante. Vean que no se trata sólo de una cuestión de productividad, porque si alguien tiene una industria competitiva y altamente tecnologizada es Alemania. Así que en la actual coyuntura, Brasil tiene grandes posibilidades e indicadores de fuerte crecimiento para el segundo semestre de este año. En agosto se crearon 101.000 puesto de trabajo, algo nada fácil en la coyuntura actual.

-El ministro Guido Mantega llegó a decir "Vamos a llevar la política económica hasta las últimas consecuencias". ¿Es lo que promete para su segundo mandato en caso de ser reelegida?

-Pienso que vamos cambiando de acuerdo a la realidad. En este momento tuvimos una política defensiva. Una política defensiva y de protección de nuestro país. Asumo que apliqué una política defensiva frente a la crisis. Más allá de eso, en todos los foros internacionales tuve oportunidad de comprobar el absoluto fracaso de las políticas de ajuste y austeridad, que llevaron al mundo a tener una generación de jóvenes sin empleo. Entonces, sobre esa política defensiva uno construye los cimientos de la recuperación, para mejorar la competitividad y productividad.

-¿Qué errores reconoce de su gobierno? ¿Está satisfecha?

-El que se queda muy satisfecho con lo que hizo se equivoca. Brasil es un país con 202 millones de habitantes. Hay que tener dimensión de la escala de este país, porque de lo contrario no se llega a la población a la que hay que llegar. Con algunos programas no estoy satisfecha. Por ejemplo, en el área de salud.

-¿Pero no encuentra nada que debería haber hecho de otra manera?

-Todo el mundo se equivoca. Uno intenta de una manera, y cambia. Hay que encontrar el equilibrio. En el gobierno, hay que hacer dos cosas: una es proponer; la otra, negociar. Quien cree que puede gobernar sin negociar, va por mal camino.

-La sociedad, en todo el mundo, está muy descontenta con la política. Existe un gran sentimiento contra la política, contra los partidos. Aquí en Brasil tenemos una candidata que es la voz de esa antipolítica. ¿Cuál va a ser su postura en relación con una eventual reforma política?

-Durante las manifestaciones de junio, yo presenté una propuesta ante el Congreso, pasando incluso por el propio Supremo Tribunal Federal. Creo que la única manera de que sea algo sustentable es convocar a una consulta popular. Sólo una consulta popular dará legitimidad y fuerza a lo que la población resuelva.

-El problema es conseguir esas propuestas de reforma, porque nadie tiene mayoría para proponer nada?

-Tenemos que someter a votación distintas alternativas. Nosotros podemos hacer consultas populares sobre cinco temas, como máximo. Eso le daría poder a la reforma política. El resto, que pase por el Congreso. Decir que eso lo van a hacer los buenos, sabrá disculparme, pero es de una ingenuidad absoluta.

-¿No es posible gobernar con los buenos?

-Todo el mundo quiere gobernar con los buenos.

-¿Entonces no tiene nada que criticar de esa propuesta de Marina Silva de gobernar con los buenos?

-¿Sabe qué? Tengo una visión diferente. No creo que la democracia pueda prescindir de los partidos. Cada vez que la democracia prescindió de los partidos, nos hundimos en la más negra dictadura. O si pasa eso, detrás siempre habrá alguien muy poderoso, o varios muy poderosos, que son los más ricos. Creo en los partidos, porque creo que del conflicto entre los partidos nace la democracia.

-¿Cree que las revelaciones sobre los políticos involucrados en negociados con Petrobras influirán en su candidatura? Porque son todos políticos de sus bases?

-No tengo ningún miedo frente a ese tipo de revelaciones. Tengo la absoluta certeza de que no me afectan en nada ni a mí ni a las personas por las que siento una elevada consideración y un gran aprecio. Ahora bien: todos los involucrados serán castigados. Todo lo que surja de esa investigación hará de Brasil un país que investiga y que castiga. No aumentó la corrupción: nosotros aumentamos las investigaciones. No barremos los problemas bajo la alfombra. Ahora, nosotros los investigamos. (O Globo)