Entre los tres tipos de carne alcanzó en julio los 117 kilos anuales por habitante, superior a los 113 del año pasado, constituyendo así el mayor registro histórico.
El consumo de carne vacuna por habitante se ubicó entre enero y julio último en 59,6 kilos anuales, lo que representó la segunda mayor marca de los últimos cinco años, de acuerdo a la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
La cifra acumulada hasta el séptimo mes del año fue más alta que los 57 kilos de 2010; los 53,4 kilos de 2011; los 57,3 de 2012, aunque inferior que los 62,5 del año pasado.
De todos modos, si a esto se le suma que tanto el consumo de carne de pollo como de cerdo alcanzaron este año niveles récord, es posible concluir que no hubo ningún retroceso en el consumo de carne en general en la dieta de los argentinos, sino más bien todo lo contrario.
El Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) informó que en julio el consumo de carne de pollo llegó en julio al récord histórico de 45,4 kilos por habitante y por año, por encima de los 40,5 de 2013 y los 42 de 2012.
En tanto, los números de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos (AAPP) indican que el consumo de carne de cerdo también aumentó de 10 a 12 kilos en el último año.
El consumo de estos tres tipos de carne era en 2002 de 84,4 kilos; en tanto que en los '90 promedió los 95,4 kilos anuales por habitante; en los '80 la media alcanzada fue de 95,5 kilos; y en los '70, de 97,5 kilos.
El repunte en el consumo de carnes alternativas a la vacuna resultó fundamental en el aumento de las cantidades promedio que ingiere cada argentino.
En 2005, el consumo de carne fresca de cerdo, por ejemplo, llegaba a los 2,5 kilogramos per cápita, el año pasado trepó a los 10 kilos y en lo que va de éste ya se ubicó en 12.
El sector aviar también pegó un salto importante en el consumo local, ya que casi duplicó los 24,9 kilos consumidos en 2002, al registrar en los primeros siete meses de 2014, los 45,4 kilos. Imagen a modo ilustrativo