"No está entrando la última tecnología al país", dijo Juan José Laborde, contratista de maquinaria agrícola del norte bonaerense.
Rodeados por un océano de maíz y soja en el corazón agrícola de Estados Unidos, los productores argentinos que visitaron el Farm Progress Show, que se hizo en esta localidad, creen que deberán esperar un tiempo para utilizar algunas de las innovaciones tecnológicas que observaron aquí.
El freno a las importaciones de equipos agrícolas que impone el Gobierno y las perspectivas negativas de la campaña 2014/2015, con precios de los granos en baja, costos en alza y una elevada presión impositiva, postergan la inversión en tecnología hasta que la situación cambie, coinciden. "No está entrando la última tecnología al país", dijo Juan José Laborde, contratista de maquinaria agrícola del norte bonaerense, que visitó la muestra. "Me llevo muchas ideas con cosas para hacer, pero por ahora no las puedo aplicar", afirma su hermano Miguel Ángel.
Como contratistas, ambos padecieron demoras para importar cubiertas de tractores y cosechadoras que no se producen en el país.
Los chacareros argentinos y los farmers norteamericanos corren la misma carrera de la productividad, aunque en contextos diferentes. Los farmers cuentan con seguros, infraestructura de caminos y transporte eficiente y estabilidad económica, y continúan mejorando la productividad. Por eso, las empresas de maquinaria agrícola presentan aquí, entre otras cosas, sembradoras que duplican la velocidad de labor, enfardadoras que sacan rollos de forraje envasados y cosechadoras con cabezales cada vez más anchos. El objetivo es aumentar los rendimientos de los granos bajando los costos de producción.
Los agricultores argentinos tienen que tomar decisiones rápidas. "Con la baja del precio de los granos, tenemos que ajustar nuestros costos", explica Miguel Ángel Laborde.
Pese a las dificultades, los productores argentinos son optimistas en el mediano plazo. "El próximo gobierno va a tener que bajar las retenciones al maíz, al trigo y a la carne, aunque quizá no pueda hacerlo con la soja", dice Luis Urdangarin, feedlotero de Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires. "El campo está en condiciones de dar un paso adelante", sostiene Sergio Delamano, tambero de Miguel Riglos, de La Pampa.
La caída del precio de los granos preocupa, pero no angustia a los granjeros norteamericanos que recorren esta exposición. A diferencia de los argentinos, reciben el precio "lleno" de Chicago, es decir, sin retenciones del 35% sobre la soja y del 20% en maíz.
Para el próximo ciclo agrícola se prevé una caída de las ventas de insumos como consecuencia de la baja del precio de los granos. Según informó Fernán Zampiero, gerente de Ventas de John Deere Argentina, se calcula un decrecimiento del 10% de las ventas de esta compañía a nivel global. "En la Argentina estaremos en los mismos niveles de los últimos años, debido a que el parque de maquinaria agrícola está en proceso de renovación", dijo.