Pimero consiguió la proeza de acceder a la competencia oficial del principal festival del mundo: Cannes. A las pocas horas, ya se había vendido a casi todo el mundo (hay más de 40 países confirmados) con acuerdos multimillonarios que incluyeron a estudios de Hollywood, como Warner Bros. y Sony. El debut internacional de Relatos salvajes no podía ser más auspicioso, pero faltaba el desafío principal: ser profeta en su tierra.

Las expectativas eran inmensas, y los medios y recursos a disposición, también: una salida inédita con 288 copias (el film luego se extendería a 331 salas) y una campaña de marketing con escasos antecedentes en el mercado argentino. Semejante esfuerzo se vio recompensado con cifras que batieron todos los récords para un largometraje nacional (por lo menos, desde que existen registros estadísticos confiables).



Con algo más de 450.000 espectadores en sus primeros cuatro días de exhibición, la película episódica de Damián Szifrón pulverizó la marca que había conseguido Metegol, apuesta animada de Juan José Campanella, en julio último: 422.845 entradas en 271 salas.

El récord de Relatos salvajes sorprendió hasta a los productores del film. Si bien tanto Matías Mosteirín, de K&S Films, como Axel Kuschevatzky, responsable del área de cine de Telefé, eran muy optimistas, la película no pudo lanzarse -como estaba previsto originalmente- durante un fin de semana largo y lo hizo a fines de agosto, uno de los meses de menor afluencia de público del año. Nada de eso importó. Tras un arranque "tibio" de 53.000 espectadores en el primer día, la película creció a 86.000 el viernes para terminar de explotar con 159.000 el sábado y 152.000 el domingo. Los ingresos en boleterías también fueron impresionantes: 21 millones de pesos; es decir, el 60% de los 35 millones que se recaudaron en todo el país durante esos cuatro días. De todas formas, para una producción que demandó una inversión de cuatro millones de euros, todavía falta un largo camino por recorrer aquí y en el exterior.



Tras ese arranque, las perspectivas que se abren para Relatos salvajes son muy positivas. Si bien es casi imposible que pueda cerrar su primera semana por encima de la cifra conseguida por Metegol en plenas vacaciones de invierno (706.328 localidades), el film con Ricardo Darín, Oscar Martínez, Leonardo Sbaraglia y gran elenco no tendrá en los próximos días enfrente estrenos demasiado fuertes que puedan quitarle protagonismo en la cartelera. Si el "boca a boca" es, como se prevé, positivo (la gente incluso en muchos casos aplaude después de varias escenas), podría sostenerse en el primer puesto durante varias semanas.

"Los exhibidores y la industria en general están apoyando mucho a la película, todos quieren que funcione muy bien y por eso se han sumado pantallas para sábado y domingo", indicó Mosteirín en diálogo con LA NACION. "El interlocking, sistema que permite explotar una copia en fílmico en dos salas a la vez, y la mayor flexibilidad para programar que permiten hoy las copias digitales hicieron que llegáramos a más de 330 pantallas", agregó Kuschevatzky.

Aunque ambos prefieren ser cautos y no dejarse llevar por la euforia de los primeros números, los productores y los responsables de la distribuidora Warner creen que Relatos salvajes puede pasar el millón de espectadores al finalizar el próximo fin de semana y superar los dos millones en todo su recorrido comercial (Metegol, por ejemplo, cerró con 2.115.000 y El secreto de sus ojos, con 2.410.000). "Al recorrer las salas durante el fin de semana descubrimos que el público es de lo más diverso: desde familias enteras por la tarde hasta muchos jóvenes por la noche", explica Mosteirín.



Al respecto, Kuschevatzky cree que una de las claves para confirmar de manera definitiva el éxito masivo será apreciar si hay un segmento significativo dispuesto a ver el film más de una vez: "Yo creo que sí, estamos viendo un público transversal, que va desde el que suele ver películas argentinas hasta el que sólo consume tanques de Hollywood, pasando por el que va un par de veces por año al cine a esos eventos que nadie se quiere perder".

Mosteirín considera: "Estamos ante una película que, por sus temáticas y su impacto visual, sintoniza mucho con estos tiempos y es muy rica para comunicar con acciones en plataformas muy diversas. El film explotó en redes sociales, algo que no es habitual para el cine argentino. La inversión en el lanzamiento ha sido mucho menor de la que se cree, pero fue hecha desde la convicción y la energía que te dan trabajar con una película de la calidad y la llegada de Relatos salvajes".. (La Nación)

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