Es normal que al comenzar el Mundial dejemos de lado nuestras diferencias políticas, ideológicas y religiosas para unirnos en un sentimiento colectivo: el deseo de que nuestro país gane el Campeonato del mundo o haga un papel decoroso.
Es tan grande la pasión por el fútbol que todas las emociones – angustia, alegría, enojo- están a flor de piel. Incluso, en aquellas personas a las que no les entusiasma mucho este deporte, pero cuando juega el equipo nacional dejan fluir lo que sienten gritando los goles y entristeciéndose cuando pierde.
El fanático por la Selección Argentina es una persona que manifiesta la pasión y las emociones de euforia, tristeza e ira de manera desmedida y exacerbada. Grita, insulta y golpea frente a la frustración, cuando el equipo no gana, no juega bien o frente a los errores del árbitro. Todas estas situaciones son el móvil para que el sujeto de rienda suelta a sentimientos profundos de malestar que están reprimidos -problemas de pareja, laborales, entre otros - y los manifieste mientras mira el partido.
¿Cómo es la personalidad del fanático?
Algunas características que presentan estos individuos son:
-Pensamientos absolutistas.
-Creencias irracionales.
-Emociones exacerbadas.
-Baja tolerancia a la frustración.
-Falta de control de impulsos.
El temor a que el equipo pierda genera pensamientos y emociones negativos y provoca un estado de tensión y alerta que activa el Sistema Autónomo Simpático. Surgen así síntomas físicos como taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho y sudoración, entre otros, desencadenando un cuadro de estrés y ansiedad que afecta la salud y calidad de vida de la persona.
El fútbol y las cábalas
En el ámbito del fútbol argentino, las cábalas se utilizan para ahuyentar la mala suerte y hacer que el equipo gane. Las mismas consisten en atribuir un poder mágico a determinados objetos o acciones para que influyan de manera positiva en los resultados. Los rituales son compartidos por jugadores, técnicos e hinchas.
Se convierten, de este modo, en un trastorno obsesivo cuando el sujeto por alguna razón se ve impedido de realizar el acto de superstición y experimenta desesperación y angustia porque siente que algo malo va a suceder -como, por ejemplo, perder el partido- por no haber podido realizar la cábala.
¿Cómo disfrutar del Mundial y no padecerlo?
Para vivir el Mundial con alegría tenemos que tratar de ser más flexibles, teniendo pensamientos como “me gustaría o desearía que la selección gane, pero si eso no sucede no se termina el mundo, igual puedo continuar viviendo”.
Esto significa que, si bien tenemos que ser optimistas, no hay que dejar de lado la posibilidad de que también se puede perder. Esto no es ser negativo sino realista, ya que nos ayuda a tener una actitud más saludable para tolerar la frustración sin deprimirse.
Por el Psicólogo Santiago Gómez, director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva.