La Conferencia Episcopal reconoció "preocupación" por la situación que generó el revés judicial con los holdouts. Aseguró que "la economía centrada en la especulación posterga el desarrollo de los pueblos"
La Iglesia reclamó al Gobierno y a la oposición “una actitud madura de unidad y responsabilidad para responder en una justa negociación” ante la instancia que se abrió en la Justicia de los Estados Unidos para responder al reclamo de pago de los bonistas que no entraron a los canjes de la deuda argentina.
“Hemos seguido con atención y preocupación pastoral la situación creada por la deuda externa y sus posibles consecuencias para nuestro país y la vida de nuestra gente, especialmente de nuestros hermanos más vulnerables, tras el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU.”, dice el Episcopado en un comunicado.
Agrega en ese sentido que “vivimos momentos en los que más allá de la justa diversidad de pertenencias políticas, la sociedad necesita y espera actitudes y compromisos que expresen la conciencia de ser una Nación. El tema que nos ocupa –puntualiza- pertenece a la vida del Estado Argentino”.
“Confiamos que la buena disposición y la competencia profesional de nuestros dirigentes, fuerzas políticas, empresarios, economistas, gremialistas, pueda encontrar un ámbito de diálogo y de trabajo para dar solución a la situación planteada”, añaden los obispos.
Afirman también que “la cuestión económica es un tema central en la vida de los pueblos, pero siempre debe estar al servicio del bien común, del crecimiento integral de la persona humana y en el marco de la justicia”.
“El orden económico no es independiente del orden social, ambos pertenecen al mundo de la ética y tienen en el hombre su sentido y referencia. Por ello, la economía centrada sólo en la especulación financiera debilita las relaciones, posterga el desarrollo de los pueblos y compromete la equidad del orden internacional”, dicen parafraseando al Papa francisco.
Y concluyen: “Pedimos al Señor, que en este camino "Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad" (2010-2016) que aún estamos viviendo, podamos crear las condiciones de encuentro y amistad social que nos permitan crecer y fortalecernos como Nación”.
El comunicado lleva la firma del presidente del Episcopado, monseñor José maría Arancedo.
A continuación, el mensaje de la Conferencia Episcopal: Hemos seguido con atención y preocupación pastoral la situación creada por la deuda externa y sus posibles consecuencias para nuestro país y la vida de nuestra gente, especialmente de nuestros hermanos más vulnerables, tras el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU. Este hecho reclama con urgencia de toda la dirigencia una actitud madura de unidad y responsabilidad para responder, en una justa negociación, a la situación generada.
La cuestión económica es un tema central en la vida de los pueblos, pero siempre debe estar al servicio del bien común, del crecimiento integral de la persona humana y en el marco de la justicia. El orden económico no es independiente del orden social, ambos pertenecen al mundo de la ética y tienen en el hombre su sentido y referencia. Por ello, la economía centrada sólo en la especulación financiera debilita las relaciones, posterga el desarrollo de los pueblos y compromete la equidad del orden internacional (cfr. Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 55-60; 202-203).
Vivimos momentos en los que más allá de la justa diversidad de pertenencias políticas, la sociedad necesita y espera actitudes y compromisos que expresen la conciencia de ser una Nación. El tema que nos ocupa pertenece a la vida del Estado Argentino. Confiamos que la buena disposición y la competencia profesional de nuestros dirigentes, fuerzas políticas, empresarios, economistas, gremialistas, pueda encontrar un ámbito de diálogo y de trabajo para dar solución a la situación planteada.
Pedimos al Señor, que en este camino "Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad" (2010-2016) que aún estamos viviendo, podamos crear las condiciones de encuentro y amistad social que nos permitan crecer y fortalecernos como Nación. Que María Santísima, Nuestra Madre de Luján, nos acompañe con su protección maternal.