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19/06/2014 17:38 hs

¿Qué pasa con los comentarios en la web?

Internacionales - 19/06/2014 17:38 hs
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Foros, blogs y páginas web están invadidos por comentaristas cargadas de mala onda. Ahondamos en este fenómeno para entender qué nos está pasando y te pasamos claves para mantener la buena convivencia.

"Sos burrísima". "Mamarrachos todos". "Banal al máximo". "Manga de hipócritas". "Demente". "Negra arrepentida". "GRONCHA". "Estupidez feminista elevada al cubo". "Me das pena". Y sí, da pena. Porque aunque te cueste creerlo, estos son comentarios reales de nuestra plataforma online (hay peores). Hoy, en la web todo puede decirse. Y eso está buenísimo. Porque si fuiste a comer a un restaurante y te atendieron pésimo, podés compartirlo con otros para que estén atentos; y si el smartphone que te compraste no tiene buena señal, tu queja puede estar en el Twitter o Facebook de la marca y conseguir que el servicio mejore. Ya es imposible silenciar a los cibernautas, pero cuando se trascienden algunos límites, se abren nuevos interrogantes. ¿El cyberbullyingllegó para quedarse? Esta "nueva moda virtual" que consiste en atacar y agredir a través de las redes, los blogs o las plataformas digitales es moneda corriente entre niños y adolescentes, pero parece haber copado otros territorios. Como si no fuera suficiente la violencia en la que nos movemos, ahora también nos toca soportarla detrás de las pantallas en las que se abren debates eternos que muchas veces superan el contenido y la profundidad de la propia publicación, a veces aportando y enriqueciendo, pero otras destruyendo, sin sentido. ¿Qué nos está pasando? Sumate al debate y elegí de qué lado querés estar.
 
Respirar violencia

¿Cuántas veces entraste a la web de OHLALÁ! (o de otro medio digital), leíste una nota cualquiera y advertiste que el diálogo que se genera entre los usuarios no suma sino que busca solamente descalificar, agredir y criticar? No importa bien qué o bajo qué fundamentos, siempre hay algún palo para tirar (obvio, resulta mucho más fácil criticar que elogiar). ¿Qué irrita y desata la violencia en los cibernautas? Según los expertos, el abanico es amplio: puede ser una foto que no les gusta, una declaración polémica, el tema tratado en una nota o publicación (la política, el sexo o los temas de agenda suelen despertar las reacciones más descabelladas), o a veces pequeños detalles como un error involuntario de tipeo, un precio mal puesto o el uso excesivo de términos en inglés. Otras veces el ataque es puntual y busca descalificar al emisor, que puede ser una persona con nombre y apellido -ya sea el autor de una publicación u otro usuario- o una marca, sin pensar que, en definitiva, se está atacando y cuestionando de la peor manera el trabajo del otro. En tiempos irascibles, las situaciones de violencia que en otros momentos se ejercían de manera individual o que no tenían proyección ahora están más expuestas y los medios digitales las ponen en evidencia. ¿La gente hace catarsis y se descarga en internet? Así lo piensan algunos, pero a la hora de buscar las causas de este fenómeno, los expertos coinciden; por un lado, la masividad del medio digital juega en dos sentidos: masividad en el emisor (lo que está diciendo llega a muchísima más gente y eso, por lo tanto, le da más poder) y masividad en el receptor(el impacto es mucho más fuerte, trasciende el terreno de lo íntimo, es público). Así, parafraseando el refrán, hoy pareciera que "el que pega en la web pega dos veces". Y cuando la violencia se vuelve norma, aparecen los verdaderos riesgos de estar -quizá sin ser demasiado conscientes- frente a casos de cyberbullying, en los que no hace falta la violencia física, porque el tipo de violencia que se ejerce es más solapada y pasa por lo verbal, lo psicológico y lo simbólico.
 
Construir identidad

El anonimato también influye. Decimos lo primero que se nos viene a la cabeza (aunque destile odio), y la impunidad que nos da lo virtual nos ampara y envalentona para expresar cosas que, si las pensáramos dos veces, quizá no diríamos. Además, se genera un "efecto patota"; uno se anima y tira la primera piedra y enseguida otros se suman, lo que genera una bola de nieve difícil de parar. Lo que cabe cuestionarse es:¿diría esto cara a cara? ¿Pienso esto de verdad? Seguramente muchos de los que agreden no se animarían a decir lo mismo en otro contexto. O quizá piensan que es un comentario inofensivo. Que no es para tanto, como si se tratara de algo que no sucede en lo real. Error. Lo que decimos es real. Y algo más fuerte: queda escrito. Esa "banalización" de lo virtual todavía persiste en algunos sectores, pero lo cierto es que hoy nuestra vida pasa un poco por ahí. Pensá: ¿cuánto tiempo estamos en las redes? ¿Qué identidades armamos en nuestros perfiles? ¿Acaso todo eso no es real, tan real como las personas que hay detrás de un teclado? El aprendizaje quizá sea asumir quiénes queremos ser en el mundo digital, y si queremos que esa identidad se parezca (o no) a quienes somos. Hacerse cargo de eso quizá sea el primer paso hacia una ciudadanía digital más responsable.
 
La masa silente

También hay gente que aporta, contribuye al diálogo o que incluso expresa una crítica pero para apuntar más alto. Además, hay otro gran porcentaje de usuarios que no participan. Por ejemplo, en nuestra web, los usuarios mensuales superan el millón de personas, sin embargo, solo comentan unos 20.000 (¡solo es el 2%!). Quizá del otro 98 % también haya gente que está de acuerdo (o no), pero que no se anima a participar. O que percibe la violencia y prefiere no engancharse. Los community managers funcionan como nexos y moderadores, para dar respuestas, evitar escaladas de violencia, pero otras veces son los mismos usuarios los que apelan a que la comunidad se "autorregule", sin tanta intervención. Ese sería el panorama deseable para el futuro; los especialistas en tendencias digitales indican que, cada vez más, los contenidos tenderán a ser meros disparadores de conversaciones entre usuarios para convertirse en mosaicos de puntos de vista, mucho más ricos que el contenido que lo disparó. Seamos conscientes: hace 15 años no teníamos la posibilidad de "ser parte" activa de un debate de tanto alcance. No la desperdiciemos.
CLAVES DE CIUDADANÍA DIGITAL

- Cuidá las formas. Fijate cómo escribís y las palabras que usás. Si es un reclamo, es entendible el enojo. Pero recordá que el límite es la falta de respeto.

- Tomá conciencia de tu identidad digital. No solemos andar por la vida con un avatar. Vos sos una misma persona en la calle y detrás del teclado. Así que actuá en consecuencia.

- Informate sobre el tema antes de opinar. No digas lo primero que pasa por tu cabeza. Las conversaciones entre usuarios serán ricas en la medida en que cada uno ejercite su pensamiento crítico y lo sostenga con buenos argumentos.

- Ejercitá el comentario positivo. ¿Te gustó algo? ¡Decilo! A quienes están del otro lado les viene bien saber que hay alguien que coincide o que aprueba lo que está diciendo. Es más fácil criticar, OK. ¡Pero ¡el elogio está buenísimo!

- No te enganches en polémicas de usuarios. No lo vuelvas personal. Expresá tu punto de vista de manera respetuosa y no te enrosques contestando agresiones.

- Salí del anonimato. Elegí participar en lugares donde exista mayor transparencia en este sentido, en donde no se permita el anonimato absoluto.

- Tratá de estar más cerca de tus hijos. Como padres, somos los responsables de inculcar también en ellos conductas digitales saludables. El cyberbullying está a la orden del día y eso se combate con educación y presencia.

- Preservate. No publiques ningún comentario, imagen o contenido del que luego puedas arrepentirte. Recordá que en la web todo queda registrado.

- Si te sentís en riesgo, denunciá. Si percibís que la agresión o el ataque son repetidos, podés reportar a ese usuario o denunciarlo frente al responsable de la plataforma. Los community managers funcionan como moderadores e incluso hay algunas opciones que brindan los propios soportes, como el botón "mute" de Twitter, que permite silenciar a usuarios agresivos, a quienes la indiferencia suele neutralizar. También recordá que en el país rige la ley que ampara a los usuarios de internet -la ley 26.388- y que incluye los delitos informáticos (estafas, robos de identidad, phishing, grooming o pornografía), y podés denunciarlos.
 
LOS NUEVOS RIESGOS ONLINE

Por Fernando Osorio, psicólogo. Autor de Ciber Bullying (Editorial Urano).

Las nuevas tecnologías permiten acceder a un mundo virtual que si bien no modela la personalidad, es una gran influencia. En la web, uno puede comportarse de una manera en la que no lo haría estando fuera de ella. Así, una persona criada sin límites desarrolla una conducta desafiante y de exigencia, sin capacidad para frustrarse, los cibernautas navegan por internet con impunidad y sin conciencia sobre las fronteras que puede o no atravesar. La aventura cibernética puede ser muy fructífera (y obviamente internet no es en lo más mínimo la culpable de todos los males), pero la libertad extrema, el anonimato y el robo de identidad pueden exponernos al cyberbullying.

Expertas consultadas:
Mónica Trech, coordinadora de PENT en la FLACSO.
Silvina Moschini, CEO de Intuic - The Social Media Agency
Maru Romeo y Giselle Pablovsky, social media managers.

Por María Eugenia Castagnino
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