Si la última semana fue una de las peores que pudo haberse imaginado Amado Boudou, la que comienza hoy también le puede deparar muchos sobresaltos.

A partir de mañana, el juez federal Ariel Lijo continuará con la ronda de declaraciones indagatorias que, hasta ahora, vienen acorralando aún más al vicepresidente.

Mañana será el turno de Nicolás Ciccone; el miércoles, el ex jefe de gabinete de asesores del Ministerio de Economía de la era Boudou, Guido Forcieri, y el jueves, el socio y mejor amigo de Boudou, José María Núñez Carmona.

Hace siete días, Boudou inauguraba la ronda de interrogatorios, pero sus explicaciones, dicen las fuentes, fueron inconsistentes y dejarán muchas dudas.

En efecto, el vice aseguró que no se había reunido con Nicolás Ciccone ni con su yerno, Reinwick, para hablar del negocio.

También negó conocer a Alejandro Vandenbroele, director de The Old Fund; afirmó que había sido casual que esa firma hubiera refinanciado la deuda de Formosa, cuando él era ministro de Economía; en términos generales, ensayó que fueron casualidades el hecho de que Vandenbroele hubiese estado en su departamento y, en una entrevista con el canal TN, comenzó a despegarse de Núñez Carmona.

La declaración que el miércoles dio Vandenbroele en Tribunales, por cierto, no le trajo ningún dolor de cabeza: Boudou y su supuesto testaferro habían ensayado el mismo libreto.

Pero el jueves, Reinwick y el ex jefe de gabinete de asesores de la AFIP Rafael Resnick Brenner comenzaron a desbaratar los dichos del vicepresidente.

Reinwick insistió en describir las reuniones que mantuvo, junto con su suegro, en Telefé, y también en un restaurante de Puerto Madero. Y, además, agregó que había compartido otra comida con el vice.

Es previsible que Ciccone, como lo hizo Reinwick, reitere en forma completa la declaración que había hecho cuando, meses atrás, expuso como testigo. Ése sería, para Boudou, otro duro revés, porque sus abogados defensores siempre impugnaron esa declaración testimonial para hacer caer esa prueba incriminatoria y, ahora, como imputados, los Ciccone reiteran esos mismos dichos.

El miércoles, tal vez, la declaración de Forcieri le traiga a Boudou algo de aire.

El jueves último, Resnick Brenner sorprendió cuando contó que, en su calidad de funcionario de la AFIP, había sido convocado a una reunión oficial en el Ministerio de Economía y, durante el encuentro, Forcieri, un funcionario de estrecha confianza de Boudou, le presentó a Núñez Carmona y le informó que éste, a pesar de no ser funcionario, era el "representante del Ministerio de Economía" para la renegociación del caso Ciccone.

El fiscal Jorge Di Lello calificó de "esencial" esa declaración de Resnick Brenner, y Lijo citó inmediatamente a Forcieri a indagatoria: todo hace prever que éste negará los dichos del funcionario de la AFIP, porque de otro modo quedaría incriminado en el corazón mismo de la maniobra que investiga Lijo.

Y, por ahora, la ronda de indagatorias se cerraría el jueves, si es que Núñez Carmona se presenta a declarar.

El amigo de Boudou está desde hace semanas en el exterior; su último destino conocido fue Málaga, y el vice comenzó a criticarlo y tomar distancia: la expectativa está puesta en cómo reaccionará Núñez Carmona frente un amigo que insiste en dejarlo solo frente a la Justicia.

En todos los casos, el juez les notificó a los imputados que si se ausentan podría apelar a la fuerza pública para llevarlos a Tribunales e, incluso, ordenar la captura internacional. (La Nación)