En la misa de Pentecostés, el Papa también reclamó que la institución se acerque "sin divisiones" a las "periferias existenciales" para anunciar a Cristo.
Ante más de 200.000 personas que llenaron no sólo la Plaza San Pedro sino también gran parte de la Via della Conciliazione, el papa Francisco advirtió ayer del peligro de una Iglesia autorreferencial, "cerrada en su recinto", y reiteró su llamado a que, unida, sin divisiones, salga hacia las "periferias existenciales".
"El Espíritu Santo nos introduce en el misterio del Dios vivo, y nos salvaguarda del peligro de una Iglesia gnóstica y de una Iglesia autorreferencial, cerrada en su recinto; nos impulsa a abrir las puertas para salir, para anunciar y dar testimonio de la bondad del Evangelio", dijo el Papa.
Junto a 70 cardenales y decenas de obispos, Francisco celebró su primera misa de Pentecostés ante 150 movimientos, nuevas comunidades religiosas, asociaciones y grupos laicales de todo el mundo, que ya habían participado el día anterior de una emocionante vigilia de oración, evento organizado en el marco del Año de la Fe.
No por nada en la plaza se veían banderas de todos los colores -entre ellas, como siempre, argentinas-, así como pancartas de los diversos grupos católicos presentes.
El Papa centró su sermón en tres palabras clave relacionadas con la acción del Espíritu Santo: novedad, armonía, misión. "Muchas veces tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos", dijo.
Pero "la novedad que Dios trae a nuestra vida es lo que verdaderamente nos realiza; Dios nos ama y siempre quiere nuestro bien", destacó.
Subrayó luego la armonía del Espíritu Santo, el único que "puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad".
"Cuando pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división (...). Si, por el contrario, nos dejamos guiar por el Espíritu, la riqueza, la variedad, la diversidad, nunca provocan conflicto", indicó.
"Caminar juntos por la Iglesia es signo de la acción del Espíritu Santo", agregó, al advertirles a los movimientos, asociaciones y demás grupos del peligro de tomar "caminos paralelos".
"Cuando nos aventuramos a ir más allá de la doctrina y de la comunidad eclesial y no permanecemos en ellas, no estamos unidos al Dios de Jesucristo", sentenció.
Por último, el papa argentino subrayó que el Espíritu Santo es "el alma" de la misión. "El Espíritu Santo es el don por excelencia de Cristo resucitado a sus Apóstoles, pero él quiere que llegue a todos. El Espíritu Santo nos muestra el horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la vida de Jesucristo", dijo el papa Francisco.
"Preguntémonos si tenemos la tendencia a cerrarnos en nosotros mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo nos conduzca a la misión. Recordemos hoy estas tres palabras: novedad, armonía, misión", pidió.
Antes de la oración del Regina Coeli, que pronunció desde el sagrato y no desde la ventana del despacho del Palacio Apostólico, Francisco no ocultó su satisfacción por esa "fiesta de la fe" que ayer y anteayer transformó la Plaza San Pedro en un "cenáculo a cielo abierto".
"Hemos revivido la experiencia de la Iglesia naciente; también nosotros, en la variedad de los carismas, hemos experimentado la belleza de la unidad, de ser una sola cosa. Y esto es obra del Espíritu Santo, que crea siempre nuevamente la unidad en la Iglesia", apuntó.
Al agradecer a los movimientos, asociaciones, comunidades y grupos venidos desde todo el mundo su participación al evento, los llamó a llevar adelante "siempre" la fuerza del Evangelio: "¡No tengan miedo!", pidió el Papa.
"Muchas gracias por vuestro amor a la Iglesia! Buen domingo, buena fiesta y buen almuerzo", se despidió, provocando aplausos. Sonriente y lleno de energía, Francisco recorrió luego en papamóvil no sólo la Plaza San Pedro, sino también gran parte de la Vía della Conciliazione, aclamado por la multitud.
En un clima de inmensa euforia por el cada vez más carismático "papa del fin del mundo", obedientes al pedido que había hecho en la víspera, a cambio de "¡Francesco! ¡Francesco!", muchos gritaban " ¡Gesú! ¡Gesú!" (¡Jesús! ¡Jesús!).
Críticas de Beppe Grillo
En los últimos tiempos, el Papa ha tenido un comportamiento "un poco populista", afirmó ayer Beppe Grillo, el político antisistema de Italia, líder del Movimiento 5 Estrellas. "El Papa dice que piensa en los últimos y no en el hecho de que los bancos sean de derecha o de izquierda", afirmó en su blog Grillo, quien hace una semana, en cambio, lo había elogiado.