La baja producción de los últimos años, debido a la falta de incentivo por el cultivo, está afectando la disponibilidad del insumo.
La producción de trigo hace tiempo que no le sale una. En tiempos en que el clima motiva a los productores a renovar su interés por el cultivo, la disponibilidad de semilla aparece en la nueva campaña como un problema sin solución.
Los efectos de la intervención oficial que desde hace varios años pesa sobre la comercialización del trigo han comenzado a reflejarse en todos los eslabones de la cadena. A tal punto ha llegado la caída en la producción que los semilleros no tienen cómo abastecer un incremento en la demanda de semilla.
“La demanda creció en forma significativa, a tal punto que ya no hay semilla”, sostuvo Rodrigo Bosch, gerente técnico para el centro y norte de Córdoba y el NOA de Nidera, la empresa que tiene el 80 por ciento del mercado de semillas de trigo en el país.
Crecimiento
En los últimos años, alrededor del 70 por ciento de la semilla de trigo que se utiliza en la siembra está representada por el uso propio que realizan los productores (que guardan de su cosecha) y la semilla que se comercializa por fuera de los canales formales (denominada bolsa blanca). El resto es semilla nueva vendida por los semilleros bajo un régimen de fiscalización. Esta provisión se realiza a través de empresas que multiplican las variedades que los criaderos han desarrollado y patentado para su comercialización.
De acuerdo con estimaciones privadas, en la presente campaña se sembrarían a nivel nacional alrededor de 4,3 millones de hectáreas, 700 mil más que en la cosecha pasada, cuando se implantaron 3,6 millones de toneladas.
Si se tiene en cuenta que para sembrar una hectárea de trigo se necesitan alrededor de tres bolsas, sólo para cumplir con las expectativas de crecimiento se necesitarían más dos millones de bolsas. La mayoría de ellas debería ser semilla fiscalizada, debido a la baja producción del cereal en las últimas campañas.
“Hay una mayor intención de siembra y poca semilla en poder del productor; por eso toda la demanda se volcó a semilla fiscalizada. Este año se va a implantar mucha más semilla certificada, pero la demanda ha superado a la oferta”, explicó Cristián Rossi, técnico zonal de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).
El interés de los productores por la semilla de trigo ha crecido en forma exponencial. “En los últimos dos años, la venta de semilla fiscalizada en Córdoba había sido bajísima. En esta campaña sólo en el centro-norte se vendieron 60 mil bolsas”, comentó Bosch. Para atender algunos pedidos puntuales, semilleros han enviado el insumo a dos mil kilómetros distancia.
El déficit que exhibe la provisión de semilla, sin embargo, podría circunscribirse sólo a esta campaña.
Muchos criaderos han renovado contratos de multiplicación con semilleros y, a partir de una mayor producción, el productor tendrá más disponibilidad para el uso propio.
700 mil hectáreas más
Proyección 2014/15. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la superficie sembrada con trigo en la presente campaña sería de 4,3 millones de hectáreas, 700 mil más que en la cosecha pasada, cuando se implantaron 3,6 millones.
Avance de siembra. Las tareas de implantación vienen demoradas respecto al año anterior. Según la Bolsa porteña, se han sembrado en todo el país más de 270 mil hectáreas, por debajo de las 350 mil del ciclo 2013/14.