Desde Mozambique, Christine Lagarde se refirió al convenio firmado por el gobierno de Cristina Kirchner; pidió que "continúe el proceso" de normalización de la situación financiera".
El Fondo Monetario Internacional (FMI) apoyó hoy el reciente acuerdo alcanzado entre el Club de París y la Argentina para saldar una deuda de 9700 millones de dólares. Ayuda a "normalizar" la situación del país, aseguró la directora gerente del FMI, Christine Lagarde
"Es parte de un intento de Argentina de normalizar su situación. Esperamos, primero, que los beneficie y segundo, que continúen dicho proceso", dijo la jefa del organismo multilateral en Maputo, la capital de Mozambique, donde realiza una visita.
Lagarde vio este acuerdo como "parte de un proceso por el que Argentina está tratando de recuperar la posición en el panorama internacional", pese a que el FMI no participó en dicho acuerdo, como se preveía en un principio.
El acuerdo del gobierno de Cristina Kirchner con el Club de París para saldar la deuda con sus acreedores públicos en un periodo de cinco años fue celebrado ayer por un amplio espectro de economistas, especialistas y empresarios.
En la negociación en París, que encabezó el ministro de Economía, Axel Kicillof la Casa Rosada pudo imponer su decisión de que el FMI no sea el auditor de la evolución del plan de pagos, pese a que algunos acreedores habían insistido en ese sentido en un principio de la negociación.
Lo que sí podrían hacer los acreedores es pedirle al FMI, que tiene un representante en el Club, un informe sobre las variables de la economía argentina, indicó un calificado negociador de la deuda a LA NACION.
La deuda contraída por la Argentina se consolidó en US$ 9700 millones -pese a que en 2008 Cristina Kirchner ofreció pagarle al Club US$ 8000 millones- y que el pago se hará en cinco años, comenzando con US$ 650 millones en julio.
El segundo desembolso será de US$ 500 millones en mayo de 2015 -más la tasa del 3% anual fijada para todo el acuerdo- y el tercero ya se hará en el inicio del siguiente gobierno, un año después.
Cada año el Gobierno debe hacer un pago mínimo y luego se fija un criterio variable: si los países acreedores aumentan sus inversiones, el desembolso será mayor; si, en cambio, el Gobierno considera insuficiente la llegada de capitales, tendrá la opción de pagar toda la deuda en un plazo de hasta 7 años.