Por efecto de las reiteradas precipitaciones, aparecen en todas las Sierras esos brotes de agua del subsuelo, algo que no se veía desde hacía décadas.
Desde los primeros días de febrero, Carlos Paz estuvo bajo un verdadero aguacero, con lluvias sucesivas, como buena parte del mapa cordobés. En marzo, por caso, se contabilizaron 22 días de lluvia en esta ciudad. Lejos de frenarse el temporal, también abril tuvo casi la mitad de sus días con precipitaciones. El lago repleto y desbordante más los ríos con buen caudal son el primer reflejo de esa situación no tan frecuente ya de excedentes hídricos.
Pero un tercer elemento, más inadvertido pero también más llamativo, es la afloración de vertientes en plena ciudad, que complican el tránsito en las calles o anegan sectores en forma permanente, hasta hacerlas parecidas a lagunas.
Según registros del municipio, unas 40 vertientes surgieron desde los primeros días de marzo en la zona urbana. Algunas tienen un viejo historial de daños y otras son nuevas o al menos no estaban registradas por los operarios que recorren las calles del municipio.
En Villa del Lago, por caso, una vertiente apareció en el medio de una calle de tierra (Schiller), a metros de la ruta 38.