Después de sus complicados seis primeros meses de gestión, el equipo económico deCristina Kirchner afronta el desafío de tratar de aplicar "sintonía fina" para que el año termine con ínfima recesión, menor inflación y sin crisis en el empleo, según sus propios pronósticos.
Dispuestos a no aplicar un ajuste fiscal y a no acelerar la tasa de devaluación del peso , en Economía creen que hay margen para eludir un escenario de "estanflación", como el que ya observan varios analistas. "Ésta es una etapa de sintonía fina, de continuidad de los años de crecimiento fuerte", dijo el ministro Axel Kicillof a medio de comunicacion gráfico de tirada nacional.
En su entorno no comulgan con la visión de los analistas -coincidente con los propios números del Indec-, y afirman: "No estamos en estanflación. Los precios se están desacelerando y esperamos un buen segundo semestre en términos de actividad económica, pero no sabemos con qué número de crecimiento vamos a terminar".
El ministro y sus colaboradores, a diferencia de la mayoría de los especialistas privados, parecen conformes con los resultados logrados al cabo de este primer semestre a cargo del Palacio de Hacienda (se cumplió ayer).
"Estamos en un mundo en crisis y hay mucha preocupación. En otros países se discute la rebaja de salarios, Brasil crece poco, el escenario no es favorable", sostuvo una fuente relevante del equipo económico, pese a los altos precios que mantienen las materias primas, a la bajísima tasa de interés internacional y a que el resto de los países de América del Sur sí seguirá creciendo este año.
En este contexto, admiten que no fue fácil poner en marcha la "sintonía fina" a la que hacía referencia el ministro (básicamente, la devaluación de la moneda, la suba de las tasas de interés y el retoque a algunas tarifas de servicios), en un contexto en el que, además, acusan al sector financiero de montar una fuerte especulación contra el Gobierno.
"Nos hablaban de que se venía el Rodrigazo, y no pasó; nos hablaban de paritarias con subas del 80%, y no pasó; todo eso generó malas expectativas, pero luego la gente se dio cuenta de cuál era la verdad", sostuvo la fuente.
La prioridad, afirman, es "continuar el modelo de industrialización" en general, pero en particular, este año, cuidar el empleo, y por este motivo justifican la decisión de no tocar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, pese a que, al congelarlo -junto con la inflación- el salario caerá en términos reales.
Al respecto, aclaran que, a diferencia de la crisis de 2009, "este año no hay tanta demanda de los programas Repro", el subsidio para pagar salarios de los trabajadores que aplica el Ministerio de Trabajo, a cambio de que las empresas no los despidan.
En cuanto a la inflación, el ministro expresó la semana pasada que hay una tendencia a la desaceleración de los precios, aunque admiten que reducirla en forma más agresiva es "complicado". Básicamente, adjudican el problema a la excesiva concentración en el sector privado y no a un fenómeno monetario o fiscal.
De todos modos, no descartan mantener la tasa de interés alta si fuera necesario. "Se afrontó una corrida subiendo la tasa, pero, al mismo tiempo, alentamos el crédito a la producción, aunque se pueden haber resentido los préstamos al consumo", indicaron. Así, defendieron la estrategia de "tasas de interés segmentadas".
El director de la consultora Elypsis, Eduardo Levy Yeyati, expresó que, desde que asumió, el equipo económico aplicó "simple pragmatismo contable, más allá de las contorsiones retóricas con las que suele ser adornado".
Al respecto, Levy Yeyati sostuvo que "poco de las medidas que salieron de Economía es relevante para explicar esta coyuntura; lo más saliente, de hecho, vino del Banco Central: la suba de tasas fue la primera medida de política monetaria activa en una década, simple y convencional, pero efectiva".
Maximiliano Castillo, director de ACM, dijo que "los primeros meses de gestión de la nueva conducción económica han dejado más dudas que certezas: tras un comienzo propiciando el necesario cambio en el sesgo de la política monetaria, el acuerdo con Repsol, el ajuste de tarifas y mostrar estadísticas algo más creíbles, el transcurrir de las semanas mostró falta de voluntad y capacidad para ampliar y profundizar las correcciones necesarias".