"Al hablar de innovación y tecnología, tenemos que mencionar, sin dudas, a la biotecnología; estimamos hoy que la producción agrícola actual caería entre un 40 y un 50 por ciento sin la ayuda de los productos fitosanitarios", dijo Roberto Giesemann, presidente saliente de la Junta Directiva de Crop life Latin America.
Agregó el ejecutivo que "los cultivos genéticamente modificados se han sembrado exitosamente incrementando de manera sustentable la productividad de los cultivos como el algodón, el maíz y la soja".
En el mismo sentido, Eduardo Estrada, presidente de Bayer Crop Science para Brasil y América latina, añadió que "a través de innovaciones y del uso correcto de las soluciones de protección de cultivos, el rendimiento total prácticamente se podría duplicar, garantizando un suministro alimentario seguro".
Estimó Estrada que hacia 2050 la producción global de alimentos deberá crecer en un 60 por ciento y que en la Tierra sólo queda un 3 por ciento del área cultivable. Y agregó que América latina es la que cuenta con mayor capacidad para esa producción. "Sesenta millones de nuevas hectáreas aún pueden ser desarrolladas en América latina sin deforestación", concluyó.
CERTIFICACIONES
Un capítulo aparte en esta cuestión es el de las certificaciones, como las que emite Global GAP, una organización sin fines de lucro creada hace 16 años en Europa.
El argentino Flavio Alzueta, su director de Marketing y Estrategia, dijo que la misión del organismo "es ser la herramienta para reducir riegos en la fase de producción, tanto en agricultura, cultivos en general, apicultura y floricultura y sentar las bases de una agricultura sostenible".
Este organismo certifica a empresas y productores individuales el cumplimiento de normas sostenibles y está presente en 112 países.
Agregó que hay un compromiso de las 500 marcas más grandes del mundo de comprar sólo productos certificados.
"Con el certificado se demuestra que las cosas se hacen bien. En la Argentina están certificados todos los productores de limones y de caña de azúcar de Tucumán y los de peras y manzanas del Valle del Río Negro", concluyó Alzueta.
CONCLUSIONES
Otras conclusiones del cónclave fueron las siguientes:
La ciencia debe tornar mucho más eficiente la productividad.
El productor debe apoderarse de las nuevas tecnologías y prácticas agrícolas para aumentar su productividad y garantizar la calidad de su producto.
En la actualidad se pierde el 48 por ciento de los productos de la tierra que salen de las campos agrícolas, en los diferentes escalones de la cadena de comercialización, lo que significa que hay que desarrollar tecnologías innovadoras que permitan reducir drásticamente este indicador.
Asistir a los agricultores con capacitación, técnicas, créditos y comercialización.
La educación es el eje fundamental en todos los procesos de desarrollo.
Estudiar el mercado para descubrir las demandas de nuevos productos.
Buscar alianzas en cada etapa de la cadena productiva y comercial de la agricultura que permitan negociar los productos en igualdad de condiciones.