Las búsquedas de soluciones más innovadoras en municipios cordobeses, aparecen dos intentos para que la basura termine alimentando plantas de producción de biogás, que generan a la vez energía y fertilizantes, con menor impacto ambiental que otros modelos de gestión.
El destino y tratamiento final de los residuos urbanos sigue siendo un problema complejo y creciente para la mayoría de los municipios. En este marco, entre las búsquedas de soluciones más innovadoras en municipios cordobeses, aparecen dos intentos para que la basura termine alimentando plantas de producción de biogás, que generan a la vez energía y fertilizantes, con menor impacto ambiental que otros modelos de gestión.
Un caso, más artesanal y reducido, está en marcha desde hace más de un año en Coronel Baigorria (departamento Río Cuarto). El otro, con mayor alcance e infraestructura, se desarrolla en Huinca Renancó (departamento General Roca), donde las obras llevan un 30 por ciento de avance y prevén habilitar la planta a fin de año.
En ambas localidades del sur cordobés señalan que no habría experiencias municipales similares en esta provincia. En el país, una decena de ciudades avanzan en esta línea.
El sistema básico consiste en el uso de un biodigestor (un recinto cerrado, sin oxígeno), donde se colocan residuos orgánicos, desechos vegetales o forestales y hasta estiércol, para que bacterias anaeróbicas se alimenten de la materia y la descompongan, lo que produce gas metano y, a la vez, fertilizantes naturales ricos en nitrógeno, fósforo y potasio.