El funcionario fue increpado por estudiantes de Derecho que se mostraron alineados en el oficialismo. El resto del auditorio reaccionó en su defensa. Vea el video del altercado y las reflexiones del hombre que podría ser destituido por investigar a Lázaro Báez.
A José María Campagnoli le gustaría "estar investigando en la fiscalía", pero la realidad lo ubica en el aula 217 de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y lo expone a una situación incómoda ante un numeroso auditorio que durante más de una hora siguió atentamente su participación en el debate sobre "el rol de la Justicia en las nuevas generaciones".
"Una pregunta, una pregunta porque no la pudieron leer", reclama a viva voz un estudiante que se abre paso desde el fondo del salón y se para de frente al panel que integran el consejero de la Magistratura Alejandro Fargosi, la diputada Liliana Schwindt (Frente Renovador) y el fiscal que afronta un juicio político por presunto mal desempeño en la causa de lavado de dinero contra Lázaro Báez.
La consulta inicial es una crítica directa al espacio político que lidera Sergio Massa, porque -acusa el alumno- para objetar el anteproyecto de reforma del Código Penal se asesora con gente vinculada a un ex funcionario de la Dictadura. En instantes el clima se enrarece: decenas de personas abandonan sus asientos, se acercan a la mesa de los oradores y los tonos de voz se elevan por efecto contagio.
"Qué tiene para decir, respecto de la inseguridad, en el caso de la muerte del vecino Alan Tapia, del barrio Mitre, que murió asesinado en medio de un allanamiento ordenado por usted", increpa el estudiante a Campagnoli, quien decide responder y frena la catarata de descalificaciones que cae sobre el joven y una compañera que lo secunda eufóricamente.
A esta altura -a minutos de las 21 del lunes-, lo que nació como un debate templado es ahora una confrontación caliente entre los dos alumnos y quienes los identifican como parte de un colectivo kirchnerista. "Váyanse con Zaffaroni que rechazaba habeas corpus en la Dictadura", vociferan los más moderados. "No nos toquen, no se pongan nerviosos", desafían los jóvenes.
Los organizadores de la charla -la agrupación massista "Renovación Universitaria"- intentan darle un cierre al encuentro mientras Campagnoli acusa: "Están aprovechando el dolor de la gente para hacer de esto una cuestión política". Y Fargosi apunta que lo que acaba de suceder "es una vieja técnica universitaria: hay que hacer un poco de lío, gritar...". "Todo ese sector, quees La Cámpora, no logra que lo voten (al kirchnerismo). Estas actitudes son un collar de melones para sus propias ideas", sentencia.
Uno de los jóvenes abandona el aula al grito de "Cristina es la mejor presidente que tuvo la Argentina". Afuera del salón, Infobae dialoga con la otra protagonista del altercado, que dice llamarse Ana y asegura que ni ella ni su compañero forman parte de una agrupación política: "Somos simples estudiantes de Derecho". Todos se van sin intenciones de dar más información.
"Fue un incidente propio de alguien que trae a esta aula de la facultad un debate ideologizado. Y yo no tengo problema en darlo, de hecho respondí", resume Campagnoli mano a mano con este portal. "A mí los barrabravas no me quieren, los delincuentes no me quieren, es lógico... Es una consecuencia lógica de mi trabajo, pero hay un montón de vecinos y víctimas que me apoyan y lamentan mucho que yo no esté en mi despacho", destaca el fiscal.
Superado el conflicto, el funcionario que fue apartado de su cargo retoma la línea discursiva que empleó durante el debate y señala que la Argentina va camino a la "megacorrupción". Para eso -considera- le faltan "solamente dos estadios: uno es la ostentación del producto de la corrupción, como la Ferrari, el auto para la hija, la cartera o la multiplicación de los ingresos".
El segundo es un factor decisivo para que exista el primero, explica el fiscal: "Esa ostentación es posible cuando se consagra la impunidad, cuando se anula toda posibilidad de que exista un resorte que pueda hacer la denuncia penal y una investigación eficaz".
La rueda de preguntas de la conferencia se cierra con una consulta de Infobae sobre la posibilidad de que Campagnoli ingrese de lleno en el mundo de la política. La respuesta parece dejar puertas abiertas: "No sé qué va a pasar en el futuro, lo que yo sé hacer es investigar, a mí me gusta la función pública, todo lo que tenga que ver con el tema de la seguridad. Mi destitución es una chance probable y si eso ocurre tendré que ver qué hago. Hoy no lo tengo pensado ni decidido".
"En el país la democracia parece más una ficción que una república verdadera", evalúa un Campagnoli que está "ansioso de que se haga el juicio político y se pueda develar realmente lo que pasó". "Yo tengo la conciencia tranquila, se que cumplí con mi deber, respeté mi juramento, así que todos los días puedo mirar a los ojos a mis cinco hijos y a mucha gente que me apoya, quiere sacarse una foto conmigo y me da un abrazo", remarca.
La posibilidad de ser destituido lo inquieta, pero no le genera replanteos: "Yo creo que sí es posible investigar a los poderosos. Y aunque el costo sea alto, vale la pena porque yo en ningún momento claudiqué y respeté los principios que tuve desde el día que juré como fiscal. La esperanza yo no la pierdo".