La Fiscalía de Venezuela informó ayer que liberó a la mayoría de los 243 jóvenes detenidos el jueves cuando acampaban en plazas y calles de Caracas en protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro, en una redada que fue duramente criticada por las Naciones Unidas
El desmantelamiento de cuatro campamentos en zonas de clase media de la capital y los arrestos de manifestantes reavivaron las protestas que sacuden desde febrero a la nación petrolera.
Según un comunicado de la fiscalía, ocho de los detenidos en la redada contra los campamentos fueron trasladados a una cárcel en el centro de Caracas, y tres, a los calabozos del servicio de inteligencia, por delitos como "porte ilícito de arma de fuego", "incitación a la desobediencia", "daños violentos a la propiedad" y "agavillamiento" o asociación para delinquir.
A tres jóvenes se los dejó en libertad bajo fianza; 155 deberán presentarse periódicamente ante tribunales, mientras que 15 de los imputados serán sometidos a tratamientos médicos para "su plena recuperación en cuanto al consumo de drogas".
Desde principios de febrero, miles de venezolanos han salido a las calles para protestar por la inflación, que roza el 60 por ciento anual; el desabastecimiento de productos básicos, como la leche y el papel higiénico, y la delincuencia, que, según la ONU, convirtió a Venezuela en el segundo país más violento del mundo.
Las protestas en todo el país contra las políticas de Maduro han dejado en tres meses 42 muertos, unos 800 heridos y 2800 detenidos, 161 de los cuales permanecen en prisión, entre ellos el líder opositor Leopoldo López.