Un video muestra a un líder rebelde mientras mutila un cuerpo y aparenta comerse el corazón.
A los miles de muertos, millones de desplazados, el probable uso de gases letales y demás abusos y atrocidades cometidos en la guerra civil siria, que lleva dos años de infierno sin final a la vista, se sumó la profanación de un cadáver frente a una cámara de video, en un acto de canibalismo destinado a intimidar al enemigo.
Las polémicas llevaron a organismos de derechos humanos y a la ONU a reclamar a las fuerzas rebeldes que detengan los abusos.
El video, difundido esta semana, muestra a un líder rebelde que presuntamente corta a cuchillo el corazón y el hígado del cadáver de un soldado del ejército regular, como si fuera una res, en un descampado de una ciudad no identificada. El guerrero mira a la cámara, se lleva el corazón a la boca y simula darle un mordisco, una escena macabra que alterna con una advertencia contra las tropas del régimen de Bashar al-Assad.
La organización Human Rights Watch identificó al sujeto de la grabación como el comandante Abu Sakar, líder de una brigada que opera en la céntrica ciudad de Homs, uno de los bastiones rebeldes en la lucha por el control del país.
En las imágenes, Abu Sakar insulta a los alauitas, la facción religiosa de Al-Assad, y llama a los rebeldes del distrito de Baba Amr, un sector de Homs, a terminar de una vez con ellos, recurriendo al mismo ritual que acababa de exhibir con la frialdad de un asesino serial.
Por la pericia con que arrancó los órganos del cadáver, una operación que no le tomó más de 20 segundos, el militante dejó constancia de que quizá no haya sido su primera mutilación. "Juro por Dios que vamos a comer sus corazones e hígados, soldados del perro Bashar. Mártires de Baba Amr, maten a los alauitas y saquen sus corazones para comerlos", dice el líder miliciano, vestido con uniforme militar.
Abu Sakar es un viejo conocido de las cámaras de televisión. Psicópata, fanático e histriónico en dosis parejas, se hizo grabar mientras disparaba indiscriminadamente con artillería sobre pueblos chiitas del Líbano. Y también se lo vio posando junto a cadáveres de soldados abatidos del ejército sirio y de combatientes del movimiento libanés Hezbollah, aliado del gobierno de Al-Assad.
En una entrevista por Skype con la revista norteamericana Time, Abu Sakar admitió que el suyo fue un acto "extremo". Pero jamás se mostró arrepentido. Al contrario, justificó la barbarie diciendo que en el cuerpo del soldado encontraron un video en el que se veía a una madre y su hija siendo abusadas sexualmente. Según sus palabras, el material era una advertencia a las fuerzas del gobierno para que se mantuvieran fuera de la zona de control de la oposición.
Esa explicación no convenció a nadie. La Coalición Nacional Siria, que reúne a la oposición, condenó de manera absoluta la mutilación del soldado enemigo. La calificó de "espeluznante e inhumana", y señaló que el hecho "no está relacionado con la moral del pueblo y los principios del Ejército Libre Sirio [ELS], que defiende la dignidad del ciudadano".
"El ELS es un ejército nacional que defiende a los civiles, creado para liberar al pueblo sirio de la mentalidad de venganza y criminalidad. Sus principios están por encima de los malos tratos a los heridos y los cadáveres", expresó.
"No basta con que la oposición siria condene este tipo de comportamiento o le eche la culpa de la violencia al gobierno", advirtió, sin embargo, Nadim Houry, subdirector de Human Rights Watch para Medio Oriente. "Las fuerzas opositoras tienen que actuar con firmeza para frenar estos abusos."
Desde Ginebra, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, coincidió en llamar a la oposición armada a hacer todo lo que esté en su poder para detener esos crímenes.
Abu Sakar pertenece a la Brigada Independiente Omar al-Faruk, una célula que combate bajo la órbita del Ejército Libre Sirio. Con una dotación actual de 20.000 hombres, se hizo conocida por la defensa del distrito de Baba Amr durante el asedio del gobierno en 2012.
Otras voces advirtieron que por la importancia de Abu Sakar, comandante en uno de los frentes más calientes de la guerra, el video podría alentar a los extremistas de los dos bandos enemigos a responder al llamado y a la provocación con el mismo desenfreno.