Ante las demoras que sufre en el Congreso una ley para reglamentar el matrimonio homosexual, la Justicia brasileña autorizó ayer de hecho los casamientos entre personas del mismo sexo, que hasta ahora sólo estaban contemplados como uniones civiles.
"Éste es un gran paso, una victoria, porque se está avanzando en algo que muchos registros civiles venían rechazando reconocer. Vivimos un momento de festejo", celebró Carlos Magno Fonseca, presidente de la Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales (Ablgbt) al conocer la decisión del Consejo Nacional de Justicia (CNJ).
Por 14 votos a favor y uno en contra, el Consejo, órgano que vela por el funcionamiento y la autonomía del Poder Judicial, aprobó una resolución que establece que "está prohibida a las autoridades competentes el rechazo a la habilitación, celebración de casamiento civil o de conversión de unión civil a casamiento entre personas del mismo sexo". Y advierte que los registros civiles que se nieguen a realizar estos casamientos serán penados administrativamente.
La decisión, impulsada por el titular del CNJ, el juez Joaquim Barbosa, que además es el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), se da luego de que en 2011 el STF reconociera por unanimidad que los homosexuales y los heterosexuales tienen los mismos derechos, y avalara las "uniones estables" civiles. Se esperaba que poco después el Congreso legislara sobre el matrimonio igualitario, pero el proyecto presentado fue constantemente boicoteado por la poderosa bancada religiosa, compuesta tanto por católicos como por evangélicos.
"Es un día de fiesta. Si el Congreso se niega a darles ciudadanía plena a los homosexuales, el Poder Judicial lo hace por justicia y respeto a la Constitución", señaló en Twitter el diputado Jean Willys, el único congresista brasileño abiertamente gay y que ha batallado con firmeza para impulsar la ley de matrimonio igualitario en el país.
Si bien la resolución del CNJ podría ser en teoría apelada ante el Supremo Tribunal Federal, es muy poco probable que la Corte Suprema falle en contra de sus propios lineamientos unánimes. Y hasta el magistrado Barbosa descartó ayer que haya que esperar a que el Congreso apruebe una ley sobre matrimonio igualitario para que las parejas homosexuales puedan casarse.
"¿Vamos a exigir la aprobación de una nueva ley por el Congreso para dar eficacia a la decisión que se tomó en el Supremo? No tiene sentido", afirmó en declaraciones radiales.
Así, Brasil se convierte en el 15º país en el mundo en permitir a nivel nacional el casamiento entre personas del mismo sexo, después de Holanda (2001), Bélgica (2003), España (2005), Canadá (2005), Sudáfrica (2006), Noruega (2009), Suecia (2009), Portugal (2010), Islandia (2010), la Argentina (2010), Dinamarca (2012), Uruguay (2013), Nueva Zelanda (2013) y Francia (2013).
La decisión del CNJ llega dos meses antes de la visita que, en medio de la Jornada Mundial de la Juventud, hará el papa Francisco a Brasil, el país con mayor cantidad de católicos del mundo (123,3 millones de una población total de 194 millones de habitantes). Es de prever que la nueva situación se vuelva un tema de agitado debate en los próximos meses, sobre todo después de la campaña que lanzó el entonces cardenal Jorge Bergoglio, ahora Papa, en la Argentina, antes del tratamiento en el Congreso de la ley de matrimonio igualitario.
Y muchos observadores temen que la resolución judicial lleve a un aumento de los ataques contra homosexuales. Después de todo, Brasil es hoy el país con mayor cantidad de asesinatos homofóbicos, que vienen creciendo año tras año, según datos del Grupo Gay de Bahía, que lleva un registro nacional. En 2010 fueron 260 muertes violentas; en 2011, hubo 266, y el año pasado, 338 asesinatos.
"Vamos a continuar luchando por la aprobación de un proyecto de criminalización de la homofobia", apuntó Gustavo Bernardes, coordinador general de la Promoción de Derechos de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de la Secretaría de Derechos Humanos.